Hay un peculiar masoquismo en el recalcitrante discurso lastimero del universo tercermundista. Se trata de un bizarro placer presente en el apasionamiento con el que se pronuncian las quejas de imperialismo, explotación y demás males que se acusa se nos impone. Tanto deleita el usar ese discurso que cuando se encuentran nuevos males provenientes del norte, esos argumentos se popularizan con extrema velocidad, se los incorpora al resto de letanías ya existentes y sobre todo no se intentan verdaderas soluciones, no vaya a ser que se pierda el placer que da su queja.
Es el caso de la fuga de cerebros. Nuestro país cuenta con un acervo de sobresalientes recursos humanos que los explotamos con menos pericia de la que lo hacemos con nuestros recursos naturales. Parecería que se los trata de no explotar con el mismo empeño de la iniciativa Yasuní. Felizmente para un país privilegiado como el nuestro las oportunidades no están agotadas.
El Ecuador cuenta con el Director Artístico de la Escuela de Arte y Diseño Parsons de París, uno de los más renombrados centros a nivel mundial. Patricio Sarmiento encabezó la representación francesa que fue premiada este año en el Congreso Internacional de Diseño. Además colabora con el National Taiwan Craft Research and Development Institute (NTCRDI), con el que estableció el programa de cooperación taiwanés-francesa TFC.
Cuando aquel país asiático logró su revolución industrial reparó el impacto que ese desarrollo tuvo sobre su tradición artística y cultural; desplazamiento de la población hacia grandes focos urbanos y el consiguiente éxodo del campo, el abandono de antiguas profesiones artesanales por otros nuevos oficios mejor remunerados, etc. Se fundó entonces un instituto encargado de promover y preservar el know-how artístico milenario de su pueblo y tornar ese patrimonio en una fuente de empleo y economía sostenible.
Aquel instituto se puso en contacto con líderes en diseño del mundo para que aporten con ideas estéticas y permitan una modernización de la artesanía taiwanesa. Ante la idea fantástica que subyace la actividad del NTCRDI, el enorme potencial de beneficios y los resultados, otros gobiernos han buscado a Sarmiento para que colabore con una réplica de aquel programa.
El Ecuador cuenta con materias primas únicas (chonta, paja toquilla, etc), un know-how propio, y ahora tenemos un tercer componente esencial: profesionales de primer orden capaces de coordinar estos ingredientes y traducir el potencial en resultados.
La diferencia entre un discurso lastimero tercermundista y un país con progreso concreto radica en la acción. Hay que dejar el vicio de la queja y realizar las oportunidades que saltan ante nuestros ojos; aquí tenemos una.