Alfredo Negrete
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Al acercarse el 10 de Agosto es importante indagar si existe un día en el calendario que indique cuándo se celebra la fecha nacional del Ecuador. Por este motivo, es necesario plantear las siguientes reflexiones.
Casi todos los países de América Latina celebran sus fechas nacionales conmemorando el primer grito de la independencia. Los ejemplos se recuerdan de inmediato: el 9 de Julio en Argentina, el 18 de Septiembre en Chile, el 20 de Julio en Colombia, el 28 en Perú y son clásicos las fiestas en México y Centroamérica por el 15 de Septiembre cuando celebran el Grito de Dolores. Fuera de nuestra órbita recordar lo que pasa el 4 de Julio en EE.UU. y el 14 de Julio en Francia.
¿Qué sucede en el Ecuador? Si siguiéramos la tradición de muchos países debiera ser el 10 de Agosto. Es más, en el ámbito internacional, nuestras embajadas ese día celebran la fecha e invitan a una recepción a los miembros del Gobierno ante el cual están acreditados, al cuerpo diplomático e invitados especiales.
En regímenes anteriores se rendía homenaje al Primer Grito de Independencia, se instalaba el Congreso Nacional y el Presidente de la República rendía su mensaje a la nación. Ahora que la inauguración del Parlamento se cambió para enero, el 10 de Agosto pasó a ser un feriado más. Incluso, el bicentenario de esa fecha no tuvo el eco y trascendencia nacional que ameritaba.
Mientras a escala local en Guayaquil ya existen convocatorias para celebrar el bicentenario del 9 de Octubre de 1820.
¿Qué fiestas cívicas se celebran con gran fervor? Sin duda el 9 de Octubre en Guayaquil, el 3 de Noviembre en Cuenca y la fecha de Fundación de Quito el 6 de diciembre. ¿A qué se debe este grave desfase cívico?
El economista y sociólogo chileno Oswaldo Sunkel, al explicar la economía de inicios del siglo XIX, señaló tres etapas de proceso: los primeros y difusos gritos o intentos; las represiones de España que alcanzaron el extremo del horror el 2 de Agosto de 1810 en Quito y la marcha de los ejércitos continentales al mando de los generales Simón Bolívar y José de San Martín que culminaron victoriosamente en Pichincha, Junín y Ayacucho.
El tema es delicado por la sensiblería regionalista que marca nuestra historia y que recuerda el ilustre guayaquileño Leopoldo Benítez que en su libro: ‘¿Ecuador: ¿drama o paradoja?’ hizo una afirmación lapidaria: “La historia del Ecuador es la historia de la lucha de la geografía”.
Aclarar este tema es un reto nacional, pues el objetivo debe ser unificar a la nación bajo una sola bandera y una sola memoria. Que así como la frase “Quito Luz de América” quedó implantada en el Faro de Valparaíso por el sacerdote Camilo Enríquez , testigo de los sucesos del 10 de Agosto. Ojalá en ese faro también se implante otra que diga que somos una unidad con una sola bandera y que celebramos alborozados nuestra gran fiesta nacional