Según el Ministro de Finanzas, Pablo Arosemena, para alcanzar un superávit fiscal en el 2025 el gobierno se dedicará a pagar salarios y disminuirá más aún la inversión pública, lo que implica que no le importa que 6 millones de ecuatorianos no tengan empleo adecuado, puesto que la obra pública genera trabajo y redistribuye. Esta visión causará más inestabilidad política y más paros.
Entonces no habrá inversión pública ni privada, porque nadie invierte en proyectos importantes en un país cuyo riesgo es extremadamente alto. No se puede confiar que las obras de infraestructura las hará el sector privado a base de “delegaciones, concesiones y alianzas público-privadas” en sectores importantes, pues incluso la inversión en minería metálica y en explotación petrolera será imposible por las protestas sociales. No se podrá hacer carreteras con inversión total de la empresa privada pues la frecuencia del tráfico terrestre es baja en la mayoría del territorio y eso no les conviene a los empresarios, como ya se ha constatado.
El ministro Arosemena se propone aumentar los ingresos fiscales a base de dinamizar la economía cuando la recuperación del Ecuador es tan lenta, por lo que no se puede esperar inversiones nuevas e importantes en un país inseguro y sin acuerdos comerciales para aumentar las exportaciones. La gestión económica del gobierno será nula si no aumenta las recaudaciones para financiar la creciente masa salarial dictada por la Corte Constitucional y para pagar los sueldos a 8.000 policías adicionales, en lugar de mejorar las labores de inteligencia policial frente al narcotráfico e instalando instrumentos tecnológicos para escanear a los contenedores que salen de Guayaquil con droga y no confiar solo en lo que los perros olfateadores puedan hacer.
Respecto de los subsidios a los combustibles apoyo la predisposición del Presidente Lasso de que no se regale a los que no necesitan y por tanto no se subsidie al diesel que consumen los sectores camaroneros y atuneros, que bien pueden usar la energía eléctrica, porque ya son competitivos. Esta decisión justa y correcta recuperará la imagen del Presidente.