La economía, después de la consulta

El crecimiento económico del Ecuador pinta mejor este año según las proyecciones del Fondo Monetario Internacional, que tiene incluso mejores números que el propio Gobierno u organizaciones como la Cepal, cuyas estimaciones daban al país menos del 2%.

El FMI, en cambio, proyecta que la economía nacional crecerá 2,2% este 2018, aunque no es algo para alegrarse. Buena parte de ese pronóstico es producto de una corrección a los malos cálculos realizados el año pasado, cuando subestimaron la capacidad del Ecuador para encontrar financiamiento en los mercados internacionales.

En el 2017, el FMI creía que el país no conseguiría el financiamiento que necesitaba, por lo que estimó que crecería apenas 0,2%. Como sí obtuvo los recursos, el panorama cambió radicalmente y el FMI tuvo que mejorar su proyección al 2,7%. También influyó el mejor escenario de precios del petróleo que, en una economía dependiente del crudo como la ecuatoriana, ayuda mucho.

Para este año, el escenario petrolero ha mejorado y los precios han vuelto a sus mejores niveles en tres años.

Además, en los ocho meses que lleva el actual Gobierno, las autoridades económicas han demostrado que no tienen mayor empacho en seguir endeudando al país, al mismo ritmo que el gobierno anterior.

Lo más probable es que no falten recursos para financiar el presupuesto este año, aunque eso no significa que el endeudamiento sea algo positivo. De hecho, el propio FMI advierte que el peso de la deuda pública es un riesgo en el corto plazo para las finanzas públicas.

Pero no es el único. En ocho meses se han venido acumulando problemas económicos, a la espera de que la consulta popular le permita al Gobierno contar con una fuerza política para impulsar reformas de fondo.

¿Cuáles? El listado es grande, pero bastaría con un pacto para asegurar la sostenibilidad fiscal, un norte en materia de comercio exterior, sanear las cuentas del IESS, atraer inversión y generar un crecimiento inclusivo.

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