Quiero escribir este artículo sobre lo vivido y pensado estos días, como quien entabla con un amigo una conversación cotidiana. El último miércoles viajamos a Guayaquil el académico embajador Francisco Proaño y yo misma, para recibir a doña Cecilia Ansaldo, como miembro correspondiente, en su ingreso a la Academia Ecuatoriana de la Lengua.
Es escritora, crítica valiente y lúcida, catedrática y antóloga conocida en el país entero. Su discurso de ingreso, muestra de erudición y ejercicio intelectual sin alardes, de estilo claro y contundente, se tituló, “Finjamos que soy feliz”: “Recado de Sor Juana Inés de la Cruz a Juan León Mera”.
¿Notó el fino y secreto humor de este título? En la Universidad Casa Grande, aplaudieron con enorme entusiasmo autoridades, antiguos y actuales estudiantes, colegas y amigos a la nueva académica, mujer que ha influido en generaciones de seres humanos lectores y críticos, y ha contribuido, desde Guayaquil, a dilatar el amor por la gran literatura. Guayaquil es ciudad que ha dado al Ecuador escritores notables, poetas y estudiosos. Como tenemos que conocernos mejor, circunstancias como esta contribuyen a que dejemos de sentirnos islas en un mar de incomprensión y estrechez.
Sor Juana, más de ciento cincuenta años después de muerta, ‘envía’ en el siguiente poema, este ‘recado’ a don Juan León Mera, interesado por la obra de la monja genial: “Finjamos que soy feliz / triste pensamiento, un rato; / quizá podréis persuadirme, / aunque yo sé lo contrario, que pues solo en la aprehensión / dicen que estriban los daños, / si os imagináis dichoso / no seréis tan desdichado”. Vuélvalo a leer y piénselo: vale la pena. La crítica del ambateño sobre la obra de Juana Inés de la Cruz adolecía de los prejuicios de la época, pero adelantó caminos de comprensión de la obra de la sorprendente mexicana.
Si deseamos a muchos escribientes que se imaginen sabios, quizás dejen de usar, a diestro y siniestro y cuando se les ocurre, ‘estatus quo’, sin distinguir entre ‘statu quo’ y ‘estatus’. Statu quo, (no statu qúo) latinismo literal, significa ‘en el estado en que’ y revela el estado de cosas en un momento determinado. ‘Estatus’ del latín ‘status’, ‘estado, condición’, significa ‘posición que una persona ocupa en la sociedad o dentro de un grupo social’. Prefiramos los equivalentes ‘estado’, ‘condición’, ‘posición social’, ‘situación’, no sea que, dándonos de latinistas, no demos en el blanco. Pero no olvidemos que statu quo es statu quo, latinismo firme y claro.
¿Y ‘a diestro y siniestro’? Esta locución manifiesta que ‘algo se hace sin tino, sin orden, discreción ni miramiento’, como registra el DILE, aunque omite otra acepción más difundida: ‘en todas direcciones y en gran cantidad’: Se ven terrenos vacíos a diestro y siniestro. Y ‘a diestra y siniestra’ significa ‘a derecha e izquierda’: Los invitados, al entrar al salón, sonreían a diestra y siniestra, sin ver bien a nadie. También lo empleamos en el sentido de ‘en todas direcciones’: Encontrarás ventas de zapatos a diestra y siniestra.
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