A propósito del 30-S, el mercadeo político oficial difundió por televisión una patética publicidad en blanco y negro, con una democracia personificada en una joven mujer enfrentada a prepotentes enemigos. La inferencia final es la del triunfo de la democracia. Otra cuña por estas mismas fechas, hace un año, traía la imagen de una niña, la Megan, que nació el 30 de septiembre de 2010, pese a que, según pregonaba una voz en off, “había algunitos irresponsables que no querían que naciera…”.
Pese al diferente ropaje, persiste el mismo mensaje que quiere fijar la publicidad.
¿Pero se puede hablar de victoria en una jornada tan luctuosa y trágica como la de hace cuatro años? Una insubordinación policial repudiable, cinco muertos de por medio, la libertad de expresión aherrojada durante las seis horas de control absoluto estatal de la comunicación, el Presidente de la República vejado y metido en un riesgo que debió evitarse, los canales de diálogo y resolución institucional del conflicto bloqueados y varios episodios más de condenable violencia que acaecieron a lo largo del día… Todos esos hechos son demasiado graves. ¿No es una contrasentido la reivindicación publicitaria de una victoria democrática?
Pese al tiempo transcurrido, la justicia aún se halla en deuda para establecer todas las responsabilidades en lo más grave e irreparable de esa fecha: las pérdidas de vidas humanas. La hermana del policía Floirán Jiménez, por ejemplo, uno de los cinco fallecidos del 30 de septiembre, reclama aún a la Fiscalía la verdad sobre esa muerte y solicita la desclasificación de los documentos en relación con el caso. “No podemos acceder a la nómina de los militares y el informe de la Fuerzas Armadas de lo que pasó ese día”, ha reiterado en recientes declaraciones a la prensa. Siete fiscales han sido designados para investigar esa muerte, pero el proceso sigue en la etapa de indagación previa. Sandra Jiménez cuestiona que tan solo hace cuatro meses se haya cambiado otra vez el fiscal. Además, critica que tampoco se observen avances en el caso de Edwin Calderón Landeta, otro de los policías muertos en esa trágica jornada.
¿Cuándo triunfa la democracia? La democracia triunfa cuando cumple su papel para permitir resolver los conflictos por los canales institucionales; cuando los gobiernos propician el diálogo y la libre difusión de la información y el debate pluralista; cuando generan un amplio margen de libertad para todos los ciudadanos y un ambiente de tolerancia y respeto a las diferencias; cuando observan la división de funciones del Estado y el imperio de la ley y el sistema garantiza que la justicia se ejerza a tiempo y de forma independiente… Estas son algunas de las dimensiones de la experiencia democrática que merecen celebrarse.
El 30-S es para el país una conmemoración dolorosa, cuyas heridas no terminan aún de cicatrizar; no una celebración para las tarimas.