El martes 3 de noviembre marca un hito de vital importancia, decisivo en los comicios presidenciales de Estados Unidos. En el complejo proceso establecido en la Constitución de ese país, que entró en vigencia el 21 de junio de 1788, consta en la mencionada fecha la elección de grandes electores o compromisarios, que en la práctica constituye la elección del nuevo binomio del país más poderoso e influyente en los campos militar y económico.
“El primer lunes después del segundo miércoles de diciembre” (14 de ese mes) se reunirá el Colegio Electoral, conformado por los 538 compromisarios elegidos “el primer martes después del primer lunes de noviembre” (martes 3 de noviembre) en los 50 estados y en Washington, en número proporcional a su población, y trasmitirán de manera oficial la votación registrada en sus respectivas jurisdicciones, lo cual es ya simple ceremonia.
El calendario proseguirá con una sesión especial del Congreso Nacional el 6 de enero del próximo año, en la que recibirá de parte del Colegio Electoral la información de la votación, que recontará, certificará y proclamará los nombres de los integrantes del binomio electo, que finalmente prestarán juramento el 20 de ese mes ante el Tribunal Supremo y asumirán sus funciones en la escalinata del Capitolio.
Este sistema responde a las costumbres y organización de la época en la que fue instituido, se mantiene inalterable y se lo respeta y cumple al pie de la letra, pese a que varias facetas resultan obsoletas y han sido catalogadas como “reliquias pasadas de moda” en un país que se destaca por su evolución y supermodernismo.
El sistema de votación indirecta no favorece necesariamente al candidato que obtiene mayor número de sufragios sino al que alcanza más compromisarios o grandes electores, prueba de lo cual es que a lo largo de la historia 18 aspirantes que tuvieron mayoría en las urnas no llegaron a la Casa Blanca. De todas maneras, los encuestadores, que sufrieron equivocaciones en comicios anteriores, esta vez han aplicado nuevos procedimientos en los sondeos de opinión y otorgan considerable ventaja a Joe Biden, demócrata que enfrenta a Donald Trump, republicano, que busca la reelección.
Entre las novedades de estos comicios constan la alta votación anticipada y aquella enviada por Correo, muy superior a la de eventos anteriores, para lo cual incidió el peligro de la pandemia, que minimizó el actual Mandatario. Así mismo llama la atención que, por primera vez, la minoría latina, en la que tienen significativa participación los ecuatorianos residentes en Estados Unidos, es la más alta y, por tanto, influirá en el resultado de la votación, que se desarrolla en vísperas de nuestra propia contienda electoral, que también está ya en camino, en la que, en cambio, intervienen 18 binomios, algunos de los cuales luchan a dentelladas por su calificación, en manos de un polémico y bipolar tribunal.