Si la guerra contra las drogas está perdida, tal como anuncian quienes dicen conocer con vastedad este tema, esto no significa que la solución sea exactamente lo contrario: despenalizar el consumo.
En Ecuador, al igual que en otros países de América Latina como Argentina, México, Chile, Brasil, Estados Unidos y Uruguay, se ha comenzado a debatir la posibilidad de despenalizar o reducir las penas en casos de posesión de drogas para uso personal. En México, por ejemplo, se establece que el Ministerio Público no enjuiciará al consumidor que tenga drogas en cantidades consideradas como de uso personal.
Aunque esto busca establecer un trato diferente entre consumidor y traficante de drogas, la medida siempre resulta polémica al momento de fijar cantidades e implementar mecanismos de control. En el proyecto de Ley del Código Integral Penal, actualmente en debate en la Asamblea Nacional, se establecen cantidades máximas de consumo: marihuana hasta 10 gramos, pasta base de cocaína hasta 2 gramos, clorhidrato de cocaína hasta 1 gramo y heroína hasta 0,1 gramos.
En torno a esto surgen varias interrogantes: ¿cuál es el criterio que se ha seguido para fijar estos estándares? ¿Qué pasa con los otros tipos de drogas? ¿Qué sucede si una persona tiene en su poder 1,1 gramos de clorhidrato de cocaína? ¿Qué pena recibe? ¿Cómo se va a proceder para determinar el peso? ¿Significa que la Policía Nacional deberá de hoy en adelante andar con una minibalanza electrónica para pesar la cantidad de droga que tenga una persona? ¿Debemos entonces pedir a los narcotraficantes que vendan paquetes con el peso justo? Como podrá apreciar, aunque el hecho de fijar cantidades despenaliza la posesión de drogas de uso personal, no aborda de manera integral el problema: se vuelve difícil su aplicación y a la final lo que se hace es facilitar la distribución y venta de drogas. Me pregunto: ¿si no es delito tener drogas en cantidades menores por qué se penaliza a quien necesariamente deberá proveer de ese producto? ¿No estamos, con esto, a un paso de legalizar el narcotráfico? Para quienes creen que legalizar el tráfico de drogas es la alternativa para ganarle la guerra a los carteles se equivocan. En el negocio de la drogas, al igual que en con otros productos, funciona también la ley de la oferta y la demanda. Por ello, aunque la legalización puede bajar los niveles de rentabilidad y el precio de la droga, sin embargo, va a seguir siendo una actividad altamente lucrativa porque el consumo bajo estas condiciones va a aumentar.
Despenalizar no va lograr romper con los carteles de la droga, sino que incluso va a ocasionar un problema de salud mucho mayor como es el aumento paulatino de consumidores. Este ya no es un problema de Estados Unidos, sino incluso de países como Ecuador donde el consumo aumenta cada día, afectando gravemente a nuestra juventud.