El Gobierno apuesta a que la represión, aparentemente legal, da mejores resultados que el convencimiento pluralista hecho del debate de ideas y tolerancia. Pero eso lleva a resultados contrarios.
1º, da más paranoia, al buscar razones del otro como malo acaba convenciéndose que todo es guerra y complot, pierde el pulso de la sociedad y acaba por legitimar al contendor.
2º, la lógica del amedrentamiento ya perdió sus alas en Ecuador. Volverán a salir dedos índices, burlas en camisetas e Internet. La prohibición y represión invitan a la imaginación creativa con símbolos de impacto, manifestaciones que convocan al repudio. Es lógico, se ha construido ya la indignación y una vez la barrera del miedo pasada, la polarización política se incrementa con sectores no del común sino con los que tienen ideas y son activos, así aumenta el rechazo. Ello invita a más represión y se forma un círculo vicioso creciente. El Gobierno podrá frenar la acción de pocos pero en los hechos da razones al contendor, pues se multiplican los casos de abierta injusticia, por legales sean; todo puede ser legalizable. Se da la construcción social de la causa justa para oponerse y no de lo que pretende sean actos de sabotaje, terrorismo, burda oposición o complot de alguna derecha.
3º, pierde credibilidad, sus mensajes del complot son menos aceptables, peor creíbles. 4º, más aumenta la propaganda y el discurso, más se enreda en construir verdades que resultan de papel ante la acumulación de hechos que configuran la injusticia. ¿Cómo convencer que un joven norteamericano, O. Utne, VOLUNTARIO que buscaba adaptar la energía solar para la navegación fluvial amazónica, sea expulsado? Estuvo en la Fundación Pachamama cuyo delito ha sido oponerse a la extracción petrolera. 5º, sí extraer petróleo en el ITT fuese causa justa ¿por qué temer al pluralismo y a los oponentes, que invocan ideas y causas? Obligarle a salir al cooperante antes que “sea víctima de posibles violaciones a sus derechos humanos” va contra elementales derechos y el pluralismo ecuatoriano. Las justificaciones de Cancillería calzan mal.
6º, el Gobierno se gana una medalla de represión, que ya queda imborrable, como quedó lo de El Universo o los chantajes a la prensa o la acusación de terrorismo a quienes protestan, mañana el análisis lo recordará como atentados a la democracia.
7º,confieso que luego de tantos efectos contrarios es incomprensible que el Gobierno persista en acumular causas para deslegitimarse. La historia muestra, la represión convierte a las causas del contendor en doblemente justas, por lo que defiende y por ser víctima de injusticia gubernamental. Basta ver para ver.
8º, un poco de conocimiento de la sociedad y la historia, debería además recordar que la pluralista y fraccionada sociedad ecuatoriana tiene de sus ciclos.
Las ínfulas de Correa destruyen sus actos.
jleon@elcomercio.org