Una manifestación contundente que en lenguaje jurídico se llama prueba plena, es el último reporte del INEC-Instituto Nacional de Estadísticas y Censos- mediante el cual se indica el porcentaje de desempleo marcado en 5.2% que cuantificado tiene el número de 419 173 personas.
Este dato comparado con el mismo período del 2015 demuestra que se agravó entre julio y septiembre en un 4.3%; esto es, de 325.496, por lo cual 93 677 suma el número de desempleados, al año 2016, y en el rango del subempleo en el último septiembre fue de 1’560 342, que agregado al rubro de desempleados que es de 419 173, da una suma de 1’979 715 que está muy cercano a los 2’000 000, constituyéndose en la cuarta parte de la Población Económicamente activa cuya cifra actual es de 8´067 169 personas.
Estos elementos negativos, con seguridad, se generan en el alza de impuestos como el IVA que hace tres meses pasó del 12 al 14%, y la inestabilidad jurídica que ahuyenta las posibles nuevas inversiones. Y el cuadro se completa con una baja en el nivel del consumo al formar parte de la población desocupada, por efecto de que las empresas al reducir gastos requieren menos mano de obra. En base a estos números los empresarios ecuatorianos declararon que la situación laboral ya es de carácter asfixiante, porque apenas el 39.15% tiene empleo pleno, y al dejar más del 60.85% en el subempleo o en el otro segmento más calamitoso del desempleo, son elementos que evidencian un grave problema conducente en camino directo al empobrecimiento de las tres cuartas partes de la población, cuyo salario básico sigue siendo de $ 365.00. Además, se perfila una tendencia al despido cada vez en número creciente, y que actualmente ya estará sobre el 31.2% de los desempleados, que deben esperar entre dos y seis largos meses para encontrar un puesto nuevo de trabajo, elemento básico del sector privado de la economía, y que por la ausencia de capitales de inversión, ya no se hacen convocatorias públicas para cubrir lo que, en otro tiempo, eran necesidades de mano de obra, como un elemento clave de la economía familiar.
Según datos del INEC, es el sector privado el que absorbe a nueve de cada diez personas, quedando solamente uno para incorporarse al empleo público gubernamental. También indica que el sector del petróleo es el que menos mano de obra requiere, como demuestra el 0.86 registrado en el tercer trimestre del 2016, mientras que la antípoda constituye la actividad comercial que cubre un 15.58% Estas realidades, numéricas y de porcentajes, confirman los pronósticos de que el 2016 sería un año de contracción de la economía general, por lo cual en diciembre próximo, la reducida canasta familiar causará angustia, dolor y lágrimas en la población mayoritaria.