Con todo lo que se ha destapado hasta hoy, se conoce que “la organización delictiva bien estructurada”, como les ha señalado la Fiscalía, estuvo dirigida por el prófugo en Bélgica y sus 40, 400, 4.000 o más personajes que participaron directamente de ese gobierno y que tienen que defender a rajatabla todas sus actuaciones, que les pasó a mejor vida. Pretenden seguir imponiendo las mentiras como hicieran los diez años de la revolución ciudadana.
Lo que pasa es que nunca se imaginaron que iban a quedar al descubierto de cuerpo entero. Las miles de pruebas, no solo los cuadernos de la cercana colaboradora sino documentos, testimonios, correos, chats, peritajes, más de 500 carpetas de evidencias, los mensajes a las asistentes directas del autoritario demuestran todo lo que habían hecho en medio de tanta falacia. Incluso, una de ellas en su testimonio ha dado detalles concretos y dibujados en un papelógrafo el esquema de cómo se repartía la plata de las coimas, con nombres y apellidos de personas naturales y jurídicas.
Les falló lo que planificaron: dejar en el poder al sucesor para que él, junto a todo el aparato correísta y que una parte sigue increíblemente enquistado en el régimen en diferentes puestos, les tape todo y con ello volver a la Presidencia el 2021 para seguir ilusionando al pueblo con engaños y demagogia, como si aquí no hubiera pasado nada. Felizmente, eso no ocurrió para bien del país. Los supuestos de manos limpias quedaron manchados. Como la campaña que hicieran contra una empresa petrolera extranjera, funcionó la mano sucia de las “mentes lúcidas y corazones ardientes”.
Las cercanas colaboradoras del prófugo han contado con lujo de detalles toda la trama e involucraron al menos a 49 personas y empresas en el caso Sobornos 2012-2016. Están siendo investigadas 157 obras de contratistas que se beneficiaron, pero a cambio les habían entregado coimas. La red de los aportes para los revolucionarios, que dizque luchaban por los pobres, era dirigido por el presidente y vicepresidente de la República, que dominaban la estructura de los sobornos, según los testimonios de sus directas asistentes.
Esto no han podido desvirtuar ni presentar pruebas de descargo. Al contrario, el pedido del prófugo de que destruyeran todas las evidencias no se pudo cumplir en su totalidad, lo que refleja que no existe crimen perfecto. Únicamente atinan a tratar de deslegitimar las pruebas con acusaciones subjetivas y sin presentar evidencias contundentes, que por lo menos ponga en tela de duda lo que hasta hoy se ha conocido. Todo esto, según los hechos que son indagados por la Fiscalía, configuraría los delitos de cohecho, tráfico de influencias y asociación ilícita, sin perjuicio de otros tantos casos que también están en proceso de investigación. Qué vergüenza!