El 2 de julio de 2009, el Presidente envió a la Asamblea el proyecto de la Ley Orgánica del Servicio Público. Lo que podía haber sido un procedimiento parlamentario terminó con un saldo de 10 muertos y 274 heridos. Veamos qué pasó.El proyecto de ley contenía 149 artículos y una larga lista de derogatorias. Entre ellas una que derogaba cualquier norma que produjera aumento en las remuneraciones de los empleados públicos por el simple paso del tiempo.Cuando los policías y los militares obtienen una condecoración, también tienen un aumento salarial. Como algunas condecoraciones se reciben por la antiguedad, estas quedaban, por lo tanto, derogadas con esa disposición.El proyecto fue a la Comisión de los Derechos de los Trabajadores. El 16 de marzo de 2010 una delegación de militares la visitó, mientras que el 29 de abril los policías hicieron lo propio. Sin saber exactamente de qué hablaron, es sensato suponer que fueron críticos con la mencionada derogatoria.Esas críticas deben haber convencido a los miembros de la Comisión, pues el 7 de junio presentaron un informe para segundo debate, en el que incluyeron un texto que exceptuaban a “las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional” de la norma general. Con esto, todos los uniformados mantenían la posibilidad de que sus remuneraciones suban.El 11 de agosto, la Asamblea aprobó la ley (y sus derogatorias) con 108 votos. Entre quienes la apoyaron estaban todos los asambleístas miembros de Alianza País y casi todos los restantes parlamentarios de otros partidos. Dado que es raro que alguna ley se apruebe con ese alto número de votos, tanto militares como policías deben haber creído que existía un amplio consenso sobre el tema.El 3 de septiembre, el Presidente vetó la ley y, en el tema que nos ocupa, retiró la frase que exceptuaba a los uniformados. Si bien esto causó malestar entre militares y policías, no todo estaba perdido para ellos, pues la Asamblea todavía podía insistir en el texto que aprobó.El 29 de septiembre se votó la insistencia y solo obtuvo 80 votos, 3 menos de los necesarios para dejar sin efecto el veto presidencial. La mayor parte de los asambleístas de AP se abstuvo aunque antes habían votado por el texto vetado. Parece que cambiaron de posición por una orden de Carondelet.A las 06:30 del 30 de septiembre arrancó una absurda sublevación policial. A las 09:40, el Presidente trató de calmarla diciendo que las remuneraciones de los policías habían subido en su mandato. Él tenía razón. “Eso hizo Lucio” respondieron los sublevados. Ellos tenían razón, pues el aumento arrancó con una ley aprobada en el gobierno de Gutiérrez. El Presidente perdió la compostura y se abrió la camisa. 12 horas más tarde había muertos en las calles.