Deflación de 1,5%: ¿Un horror?

No, no es ningún horror tener esa deflación. Es raro, es exótico, pero en la coyuntura actual no es un tema que debería preocuparnos. Además, en el último dato de inflación anual, que refleja una caída de los precios de 1,5% en un año, están envueltas una serie de detalles estadísticos que hacen especialmente entretenido el análisis de cómo llegamos a este punto.

En teoría, en puro teoría, puede haber gente a la que no le parezca tremendamente entretenido analizar una caída del Índice de Precios al Consumidor de esa magnitud. Pero eso es teórico, demasiado teórico. A cualquier persona normal debería apasionarle este tema. He dicho.

Lo interesante es que entre marzo y abril de 2021, los precios subieron y lo hicieron en un muy respetable 0,4%, el mayor aumento mensual de precios en 12 meses. Y a pesar de eso, la inflación anual cayó de -0,8% a -1,5%. ¿Cómo puede suceder algo así? Pues justamente ahí es donde la cosa se pone interesante.

Porque hace 13 meses, cuando arrancaba la cuarentena, hubo un aumento muy fuerte de precios, justamente entre marzo y abril del 2020, cuando el IPC subió en un sólo mes en algo más de 1%. Y la inflación anual no es otra cosa que el producto de las variaciones de precios de los anteriores 12 meses.

En otras palabras, el cálculo de la inflación anual de abril excluye la variación mensual del IPC de marzo a abril 2020, pero incluye la variación entre marzo y abril 2021 y eso explica cómo cae la inflación anual a pesar de la subida de precios en el último mes. Más claro que el agua.

Pero más allá de los apasionantes detalles técnicos del cálculo, es importante ver si esto es una mala o una buena noticia.
Porque una caída demasiado fuerte del nivel de precios podría reflejar una falta de demanda, es decir, podría reflejar que la gente no está comprando y que por eso los almacenes tienen que bajar sus precios. Algo de eso hubo en los últimos 12 meses, pero a estas alturas parecería que ya no lo hay.

Y parecería que ya salimos de eso porque luego de meses con fuertes caídas de precios (sobre todo junio y julio 2020), desde noviembre pasado los precios dejaron de caer y ya llevamos 4 meses consecutivos con aumentos de precios.

El final de la fase más estricta de la cuarentena, la inyección a la economía de USD 4 000 provenientes del FMI entre octubre y diciembre y las altas exportaciones parecería que están reactivando la economía y, por ende, la demanda. Eso explicaría por qué los precios están recuperándose.

La conclusión final es que la evolución de los precios no es un tema que debería quitarnos el sueño y que la política económica puede concentrarse en otras áreas que sí necesitan su atención.

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