Desde que existen dictadores, sátrapas y caudillos, la democracia está amenazada, pero nunca antes los populismos, de izquierda y derecha, han aterrorizado a tantos países de oriente y occidente, del norte y del sur. Se achaca al agotamiento de la democracia representativa, la manipulación de las masas, la corrupción de los partidos, la degradación del debate político, el predominio de las emociones sobre las razones; como sea, la democracia está enferma y necesita remedios urgentes.
El debate sobre las ideas políticas, los modelos económicos y las estrategias de gobierno, deberemos afrontarlo sin prejuicios ni estereotipos, sin fanatismos ni exclusiones para que encontremos, si es que existe, la receta del éxito en política; para que podamos aislar las características de alguna forma de democracia donde nos encontremos de nuevo la mayoría de los ciudadanos y aceptemos de una vez que hacemos el ridículo inaugurando un nuevo movimiento cada vez que se acercan las elecciones. En nuestro país hemos llegado a ciento sesenta partidos y movimientos.
La Cámara de Comercio de Quito ha organizado un evento con dos líderes políticos, el expresidente chileno Ricardo Lagos y el alcalde de Guayaquil Jaime Nebot; perteneciente a la corriente del socialismo el primero y a la corriente del liberalismo el segundo; ex presidente el primero, alcalde en ejercicio el segundo.
Ellos distanciados ideológicamente, coinciden en varios aspectos: los dos crearon modelos políticos exitosos, ambos tuvieron respaldo popular por encima del 70% hacia el final de su mandato y los dos coinciden en algunos principios políticos fundamentales que han defendido en la práctica de su liderazgo.
Esos principios compartidos son la separación de poderes, la independencia de la justicia, la defensa de la libertad de expresión, el control del poder político y la igualdad de los ciudadanos ante la ley. Será interesante el contacto con estos dos personajes que viajaron hacia el centro político partiendo desde la izquierda el uno y desde la derecha el otro, porque en el centro está la política pragmática que ha sido la más exitosa del siglo. No se puede participar en la economía mundial si no se aceptan las reglas del comercio; la economía globalizada ha conducido al encuentro de las ideologías, el modelo de los partidos socialistas es muy parecido al modelo del liberalismo. Tal vez avanzamos a un nuevo modelo, el del encuentro de los contrarios o síntesis en la terminología de la dialéctica hegeliana.
El único problema de este viaje de las ideologías más exitosas hacia el centro, es que han dejado espacios que han permitido la aparición de movimientos y partidos de ultraderecha y radicalismos de izquierda, así como tenebrosos nacionalismos y populismos que ahora atormentan a muchos países y amenazan la Unión Europea, el más exitoso experimento político de nuestro tiempo.
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