¿También el carnet de la Patria?

Lo que único que les falta a las cancillerías de Ecuador y Perú es resolver que entren a sus territorios ciudadanos venezolanos solo con un brazalete amarillo. Desconocen que la historia de la humanidad registra los costos de cualquier éxodo para el país o la nación receptora; más aún, si se trata del causado por una situación tan espantosa como la venezolana. Por eso en un proceso tan complejo, en lo económico y social, es inevitable que surjan brotes xenofóbicos, pero es inconcebible su promoción indolente de parte del gobierno.

Las evidencias de la torpeza son inocultables. Pretender la exigencia de un pasaporte a grupos de migrantes que salieron de su país sin que rija esa decisión con la debida antelación es desconcertante. Para que entiendan los que mandan -no los lectores- es pensar que arreglar el motor de un vehículo se logra cambiando las llantas.

Por lo tanto la Asamblea por precedentes humanitarios de larga trayectoria, debe exigir la comparecencia inmediata del Canciller para que explique cuando el país se retiró del “El acuerdo sudamericano sobre documentos de viaje y de retorno del Mercosur y estados asociados” y, si un acto administrativo, puede sustituir a la Constitución y a la Ley. Debe incluir entre sus explicaciones si desconoce la extrema situación de los venezolanos para conseguir un pasaporte, más aún si no están favorecidos por el “Carnet de la Patria”.

La presencia del Ministro de Relaciones Exteriores es la oportunidad también para que explique la política sobre el Unasur, antes de que la ira popular se tome el edificio de esa entelequia, incluido el muñeco que con desparpajo lo adorna.

La OMS debiera investigar si el virus del chavismo se erradicó definitivamente del territorio de Ecuador.

Esta situación de xenofobia del gobierno de Ecuador obliga a indagar como está la relación con la República de Colombia. El presidente Moreno habrá considerado las serias dificultades que su decisión migratoria, dedicada a los venezolanos, causa o añade mayor complicación al gobierno vecino que deberá responder por un éxodo en tránsito, que salió de Venezuela y no puede ingresar al Ecuador por el gorilismo que toma fuerza en el país.

Al parecer la memoria nacional olvidó la mano que extendieron en el terremoto de Ambato, en el desborde de los fenómenos de El Niño, o en el sismo que devastó a Manabí y a Esmeraldas. Los emigrados venezolanos no son culpables de la moratoria fatal para cubrir necesidades básicas en un país que perdió el control social y económico y del cual emigran por el derecho al futuro que suprimieron en su patria. En la lógica demencial que parece haber inaugurado el Ecuador, la próxima medida será suprimir por decreto el narcotráfico. ¿En el caso de los pasaportes, no estarán falsificando alguna firma del Presidente?

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