Decir que las reuniones “cumbres” no sirven para nada, que son puro bla bla bla, no se ajusta estrictamente a la realidad. Por lo menos -y a lo sumo, también es cierto- sirven para que los presidentes puedan conversar mano a mano y acercarse un poco entre sí. Y eso es particularmente bueno para los de los países chicos que pueden hacerlo con sus colegas de los países grandes. Con Obama, por ejemplo, que no debe saber bien donde quedan o con quienes limitan Paraguay, Bolivia o Uruguay o ubicar algunas islas del Caribe. Siempre están también aquellos que van hacer su “show”–ni es necesario citarlos- y los que son puro bla, bla, bla, como el caso del presidente de Ecuador, Rafael Correa, quien acaba de anunciar que no va a asistir a la VI Cumbre de las Américas que habrá de reunirse en Cartagena el 14 y 15 de abril próximo. Es posible que Chávez tampoco vaya, pero más por razones de salud. ¿Qué harán Evo y Ortega? Irán y si no van, nadie se dará cuenta.
El mandatario censurador, -Correa-, se explicó en una carta, que él habrá de pensar que es un documento histórico, en la que “apunta” a los grandes temas y en la que solo tiene razón cuando dicen, que los pueblos “pueden cansarse de que sus mandatarios estén en tantas cumbres” (ya están cansados y en casos atemorizados de lo que pueda salir cada tanto de algunas como las de la Unasur y Celac).
Y uno se pregunta ¿por qué Correa no va y le plantea esos temas en la cara el mismo jefe del Imperio? ¿Por qué no le exige, en solidaridad con Cristina, que se defina sobre las Malvinas? ¿Por que no le reclama que termine con “el bloqueo” o si no corta definitivamente relaciones con los EE.UU.? ¿Por qué no va y propone terminar con la libertad de prensa en todo el continente y para evitar cualquier tipo de desvíos eliminar la Comisión de DD.HH. de la OEA y la Corte Interamericana de DD.HH.? ¿Por qué no va y denuncia a la banca española amiga del PP y los grandes banqueros amigos del PSOE que con las “hipotecas” sumen en la miserias a los españoles y muchos inmigrantes latinoamericanos mayoritariamente ecuatorianos?
¿Teme fastidiar demasiado a sus colegas que tienen temas más importantes que encarar y quieren aprovechar la presencia de Obama y no perder tiempo escuchándole? ¿Se dio cuenta que haría el ridículo, y que quedaría expuesto ante toda la prensa internacional y que además eso repercutiría “adentro”, y puede mellar la imagen del “superhombre” que se “abre la camisa y pone el pecho a las balas”?
Se ve que alguien le dijo “Es preferible que la gente sospeche de tus limitaciones y tus faltas las que disimulas con prepotencia y jactancia, a ir a la cumbre, hablar y mostrarte ante el mundo como realmente eres”. Y se ve que Correa, que tonto no es, no hizo oídos sordos a este buen consejo.