Cultura es identidad y nuestro país se halla en su búsqueda por ser una nación “joven”, al decir de Adoum, nuestro poeta mayor, pero llena de bríos y de recursos para forjarla y proyectarla al futuro. En la coyuntura histórica en que nos encontramos, entre el continuismo o el cambio, resulta indispensable un compromiso para alentar la cultura a fin de seguir fortaleciendo esa identidad en construcción.
Llama la atención, por ello, que los candidatos finalistas no se hayan pronunciado sobre lo que harán con la cultura en caso de llegar al poder.
Espero que Moreno, en su ofrecido “cambio de estilo”, piense incluir a la cultura. Lo lamentable para él, así como también para Lasso, es que hereda una ley que poco aporta al desarrollo cultural libre y auténtico. Por el contrario, lo burocratiza y le resta autonomía y libertad que le son consustanciales en sus diferentes manifestaciones. ¿Qué hará Moreno, al igual que Lasso, frente al desmantelamiento de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión, buque insignia de nuestra cultura desde 1944?Paradójicamente, muchos de los pensamientos de Carrión han sido invocados en su retórica por el oficialismo. ¿Estimulará las manifestaciones artísticas sin que haya injerencia o sesgo político como hasta ahora? ¿Mantendrá el Ministerio de Cultura cuya propia existencia es cuestionada? Otros países no requieren de un aparato ministerial para promover y, aún peor, orientar la creatividad estética. ¿Será Moreno consecuente con Carrión, Adoum, Guayasamín, Kingman, Icaza y muchos otros que, siendo de izquierda, fueron libres en el ejercicio creativo y no burócratas de una cultura oficialista?
Y Lasso, de su parte, tampoco ha dicho mucho. Llega atado a la misma ley pero, en el campo cultural es donde quizás más debe manifestarse el carácter liberal que pregona tendrá su eventual gobierno. Liberal en el sentido de libertad y autonomía para exponer ideas, trazos, formas, notas musicales, imágenes, en fin. ¿Impulsará la actividad cultural, la marginará? ¿Sabrá aceptar sin condiciones ni limitaciones las variadas expresiones culturales que muchas veces son críticas con el poder? ¿Qué hará, por ejemplo, y esto también vale para Moreno, con el riquísimo acervo del Museo Nacional ahora encajonado irresponsablemente quien sabe dónde después de haber sido expuesto por años en la CCE? Dentro de su visión economicista del ser humano y de la política ¿habrá espacio para la cultura? Debe decirnos cuál es su propuesta.
Ambos candidatos estarán conscientes de que la cultura requiere estímulos y recursos. No obstante, no han dicho qué harán al respecto y cómo lo harán.
Están en la obligación de hacerlo: en nuestra cultura está nuestra identidad y en las elecciones ella está en juego.