Al retraso de más de dos años en los trabajos del aeropuerto internacional de Tababela y a la falta de una vía directa de acceso cuando inicie sus actividades, se suma el problema de que para entonces ya estará saturado, según la “primicia” que se dio hace pocos días.
El aeropuerto Mariscal Sucre, que ya está rodeado de urbani-zaciones, tiene capacidad para 3 600 000 pasajeros al año y actualmente atiende a más de cinco millones, con las consiguientes molestias. El de Tababela, ubicado al noroccidente de Quito, tendrá capacidad para cinco millones de usuarios en la primera etapa, pero -según las estadísticas y el incremento anual de 6,3%, en octubre del 2012- que es cuando probablemente entre en funcionamiento, si esta vez se cumple el plazo, el tercero fijado desde que se suscribió el contrato básico, deberá atender un promedio de 15 000 viajeros diarios, equivalentes a cinco millones y medio al año, por lo que deberá planificarse ya la inmediata realización de la segunda etapa, que le corresponde ejecutar a la empresa concesionaria y contempla la ampliación de la terminal y de sus instalaciones y la construcción de otra pista para el aterrizaje y decolaje de aviones.
El otro problema inconcebible, que ya se ha señalado en forma reiterada, es que la primera vía directa de acceso a Tababela, que parte de Collas, cerca de Guayllabamba, estará lista recién en octubre del 2013, un año después de la inauguración del aeropuerto y, mientras tanto, se cuenta solo con la Autopista Interoceánica, que atraviesa las poblaciones de Cumbayá y Tumbaco y está ya colapsada.
Con este panorama, hasta fines del 2013, los pasajeros que viajen, por ejemplo, a Guayaquil, tendrán un vuelo de media hora, pero un recorrido de aproximadamente una hora desde esta capital hasta el nuevo aeropuerto y las molestias de la aglomeración en la terminal. En el caso de los viajeros al o del exterior se sumará el tiempo necesario para los trámites de rigor y para su permanencia en la sala de espera.
De ahí que se sugiere que, aunque parezca descabellado, hasta que se construya por lo menos una de las proyectadas vías directas a Tababela, se considere la posibilidad de que se continúe atendiendo los vuelos domésticos desde el aeropuerto Mariscal Sucre, con lo cual se aliviaría algo la congestión vehicular en la Interoceánica y la aglomeración de personas en la terminal del moderno aeropuerto, cuyas instalaciones, según se informa, están ya realizadas en 82% y serán sometidas a partir de abril del próximo año a las pruebas técnicas previas a la inauguración en octubre.
Se afirma que, cuando se inicien sus operaciones el aeropuerto de Tababela ya estará“saturado”…
Es necesario insistir en la necesidad de que se den de inmediato los pasos pertinentes para la ejecución de la segunda etapa de ese polémico aeropuerto, que ha sufrido tantas peripecias y retrasos.