El cuento universitario de nunca acabar

A pesar de los esfuerzos, la aprobación de la ley y reglamentos y las tareas que se cumplen en este sentido, la reforma universitaria camina lento, con imposiciones, sin debates y para los alumnos no deja de ser una pesada carga los trámites en los centros de educación superior. .

Hay que partir de la importancia de la responsabilidad social de sus instituciones, el financiamiento como política pública, la articulación con el sistema de educación preescolar, escolar y media, la calidad académica y su pertinencia.

Existen muchas interrogantes no despejadas. ¿La Ley de Educación Superior, vigente desde octubre del 2010, y los reglamentos aprobados forman parte de un plan articulado con toda la política educativa que debiera tener el Estado? Esto no se ha observado porque por un lado camina el un sector y por otro el segundo y solo se refleja cuando unos miles de estudiantes pueden ingresar a la universidad pero otros miles de alumnos se quedan al margen del sistema. 

Una de las grandes demandas es la educación integral. Como señalara el escritor y profesor, José Morales Mancera, se debe entender a la educación como el acto de adquirir la sabiduría del conocimiento y las virtudes de la voluntad que le permitan a la persona usar de la libertad para alcanzar el desarrollo integral de sí mismo y luego para que elija bien para él, su familia y el servicio a los demás.

Si bien por un lado avanzan los procesos dirigidos por la actual administración, sin debates ni diálogo con los diversos sectores, incluidos los que usan el pensamiento crítico como una forma de expresión democrática, para los estudiantes no cambia el drama en determinados procesos que se mantienen en los centros de estudio.

Las instancias para concluir una carrera de tercer nivel y peor de cuarto nivel resulta muy tortuoso para los alumnos. Buscar los guías, despachar las diversas etapas para concluir una tesis, esperar la lectura y corrección de los profesores, lograr que pasen las calificaciones y observaciones por semanas y meses que a veces son insustanciales y hasta finalmente buscar fechas para que se pueda juntar al tribunal de grado.

En el caso de cuarto nivel, esperar que revisen los perfiles del proyecto de grado, luego que hagan las correcciones y los informes, que entre a consejo de facultad, siempre y cuando se junten varios trabajos. Es un cuento de nunca acabar y si terminan los plazos simplemente tienen que pagar nuevos derechos y esperar la posibilidad de que se abra un taller de tutoría para realizar la tesis. En unos casos puede ser falla del estudiante pero no siempre sucede eso. Los docentes y guías tienen su responsabilidad y los procesos son extremadamente lentos. Este es uno de los reflejos de lo que sigue sucediendo en el campo universitario sin que existan soluciones inmediatas.

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