Ni McLuhan ni Kapuscinski, grandes teóricos de la comunicación de masas, alcanzaron a imaginar el poder y alcance que en la actualidad generan las redes sociales, especialmente el Twitter, que está revolucionando al mundo sin que siquiera imaginemos hasta dónde puede llegar su radio de acción e influencia.
El periodista Rubén Darío Buitrón, quien suele hablar siempre en sus columnas sobre periodismo y en muchas ocasiones cita a Kapuscinski como uno de los principales maestros del periodismo, tuvo el acierto de dialogar con uno de los más irreverentes twitteros del país.
Sin necesidad de elaborar complicadas teorías, que no siempre ayudan a la comprensión de las ideas, el personaje narra de una forma cruda la realidad de esta red social, que no es apropiada para masticar amarguras sino para expresar ideas que se reproducen a través de una cadena de seguidores y de enlaces en la aldea global, para sintonizar con las ideas de McLuhan.
@xavoviz, quien se identifica con el simpático e irónico personaje Snoopy, comienza con una irreverencia que no puede ser más real: “No hay nada más chistoso que alguien que se cree importante”, que es similar a sufrir de importancia, una enfermedad muy común en nuestros políticos.
El Twitter revolucionó a la sociedad. Para @xavoviz el twitteo es una interacción social, un contacto humano que puede ir desde contar un chiste hasta establecer conversaciones con otros twitteros, donde fluyen ideas y palabras. Es una herramienta para el pluralismo porque se arman redes “donde lo importante no es la posición económica o política que uno tenga en la pirámide social, sino su capacidad de generar redes donde la neurona más importante no es la que tiene más súbditos abajo, sino la que es capaz de conectarse con muchas otras neuronas”.
Una de las mayores ventajas en esta compleja comunidad virtual es que el twittero escoge a quién seguir o a quién leer. La afinidad es importantísima, porque si a uno no le gusta lo que fulano escribe, simplemente no lo sigue. No debería ser motivo de estrés ni de ataques. Por eso advierte que si saca un chiste, los twitts gobiernistas salen con lo mismo de siempre: que el pasado o que el futuro, es decir, “responden con recetas tipo #cubitosmaggi”.
En Twitter todo iba muy bien hasta que se metieron los políticos. Esto no significa que no tengan derecho a conectarse o a comunicar sus mensajes, porque son líderes de opinión, el problema es que se salen de sus casillas, lo cual genera paranoias que nada tiene que ver con la actitud crítica de los twitteros, quienes, en un estado mucho más avanzado, actúan sin complejos.
Es necesario tomar en cuenta lo que dice el twittero @EresSarcastico: “Twitter es como el alcohol, empiezas por curiosidad, luego para socializar, después por diversión y terminas en adicción”.