Cuando la tecnología se anticipa a las leyes

Las nuevas tecnologías se desarrollan cada vez a mayores velocidades y como resultados tenemos el surgimiento de servicios que tienen una demanda creciente. Esto se constata en sectores como el transporte, los hoteles, los servicios financieros, por citar tres ejemplo.

En el tema puntual del transporte, Ecuador se suma a tendencias globales como la economía colaborativa, que mantiene la esencia del tradicional trueque; allí una persona ofrece el servicio de transporte y a cambio brinda seguridad, puntualidad y un trato cordial. Este intercambio de servicios se cumple hoy apoyado en las nuevas tecnologías, como las aplicaciones móviles.

Así nos encontramos que en materia de transporte público, de taxis para ser específicos, los usuarios de este servicio cuentan, en Ecuador y en el mundo, con nuevas opciones. Y eso siempre será bueno porque obliga a competir con calidad y a tener al cliente como el centro del negocio.

Un primer problema surge cuando las leyes avanzan a un ritmo mucho menor al de las nuevas tecnologías y tendencias como la mencionada economía colaborativa.

Un problema mayor se da cuando las autoridades y los responsables de regular los servicios se quedan en conceptos del siglo pasado y empiezan a perseguir y castigar a quienes, con visión de mercado, ofrecen nuevos servicios apoyados en la tecnología.

El sector del taxismo tiene sus alegatos. Sus voceros dicen que no todos los conductores de estos nuevos servicios de transporte son expertos en el manejo. Además hablan de una posible saturación del mercado.

Mirando más allá de estos reclamos, nadie dice que no se regule y que no se controlen estos nuevos servicios. Pero sí es necesario estar al tanto de nuevas corrientes que lo único que buscan es competir aprovechando oportunidades.

No olvidemos que los nuevos consumidores, los milenial entre ellos, tienen nuevos paradigmas en cuanto a la adquisición de servicios Y el transporte es uno en los que mayor foco se requiere.

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