La economía que más creció en América del Sur entre 2001 y 2006 fue la ecuatoriana. Crecimos al 4,8%, lo cual fue más que Perú, Colombia o Chile (que se ubicaron en los puestos dos, tres y cuatro, respectivamente) y, obviamente, más que cualquier otro país del subcontinente.
Éramos los mejores. Y ese crecimiento fue, en gran parte, cuando el precio del petróleo estaba por debajo de los USD 30 por barril (que recién empezó a dispararse a mediados del 2005).
Y estábamos bien no sólo frente a los países de la región, sino también frente a nosotros mismos, porque si comparamos esos años (2001-2006) con las dos décadas anteriores, resulta que habíamos dado un salto en lo que a crecimiento económico se refiere. Además, como crecíamos con una inflación cada vez más baja, la pobreza empezó a caer con la mayor velocidad en nuestra historia.
El principal elemento que impulsó ese crecimiento fue la inversión privada, que en esos años fue alta y creciente. No sólo que se construyó una obra de infraestructura tan enorme como un nuevo oleoducto (el OCP), sino que también hubo inversión en muchos otros sectores en la economía. Incluso hubo años en los que nuestro PIB por habitante llegó a superar al peruano y al colombiano.
Pero vinieron los cambios. Ya en el 2005 se expulsó a una petrolera privada, se botó al tacho de basura un tratado de libre comercio con los EEUU y se debilitó los fondos de ahorro público. Y en el 2006 se eligió a un gobierno que decidió cambiar todas las reglas. El problema es que nada de eso es una buena estrategia para atraer inversiones.
Pero paralelamente el precio del petróleo subió a niveles nunca antes vistos y el gobierno empezó a tener de una inesperada abundancia de recursos, con lo que pudo disparar su gasto público.
De esa manera, la inversión privada dejó de ser el principal motor de la economía, para ser reemplazada por el gasto público. Así, el crecimiento cayó, pero poco. Entre 2007 y 2013, la economía ecuatoriana creció al 4,2%, lo cual no está lejos de los seis años anteriores y esa leve desaceleración hasta puede deberse a la crisis mundial de 2008.
En otras palabras, comparados con nosotros mismos, no estamos tan mal. Pero comparados con América del Sur caímos. Resulta que entre 2007 y 2013, Perú, Argentina, Uruguay, Paraguay, Bolivia y Colombia crecieron más que nosotros. Ya no somos los mejores ni estamos cerca de serlo. Pasamos de ser el país que más creció entre 2001 y 2006 a ser el cuarto que menos creció entre 2007 y 2013.
Menos que el Ecuador sólo crecieron Venezuela (obvio), Brasil (hoy lleno de protestas) y Chile (con terremoto y tsunami).
Algo hicimos bien entre 2001 y 2006. Y lo hacíamos mejor que todos los demás países de la región. Pero al mismo tiempo, ahora ellos lo hacen mejor que nosotros.