Debieron transcurrir más de 4 semanas desde que China notificase los primeros casos del nuevo coronavirus, para que la epidemia alcance su pico más elevado, y alrededor de 6 para que comience a declinar, ojalá definitivamente.
El Ministerio de Salud de Italia (país que adoptó medidas parecidas a las de China, aunque con retraso y sin todo el férreo control de dicho país) estimaba que el pico más alto se alcanzaría hacia el 18 de Marzo; sobre su descenso Francisco Pregliasco, virólogo de la Universidad de Milán ha sido cauto: “hasta finales de abril no salimos”, estimando para “Mayo o Junio el fin de la emergencia”.
Dado el corto recorrido mundial de la enfermedad, es difícil analizar en detalle su comportamiento, excepto en pocos países; Corea del Sur es uno de ellos, y su exitosa experiencia debería ser aprovechada en Latinoamérica, en fase inicial. En el marco de un consistente plan de respuesta, Corea realizó gratuitamente un elevado número de pruebas diagnósticas, que permitió identificar con prontitud casos leves, rápidamente aislados. ¿Resultados al momento?: pico de casos e inicio de descenso en la mitad del tiempo logrado por China, con una tasa de letalidad de 0,9%, aproximadamente 6 veces más baja que Italia. Los logros fueron posibles con otras medidas esenciales; disciplina de la población para aislamiento social, sistema de salud universal; competente gestión epidemiológica y de salud pública.
Ecuador por su parte, con retraso en relación a otros países de la región, solo hace poco comenzó a publicar boletines epidemiológicos de covid-19, con información escueta que poco contribuye a anticipar potenciales casos y consiguientes medidas preventivas. Con cifras que varían al pasar de las horas, el último reporte del Ministerio de Salud Pública, MSP daba cuenta de 58 casos y “haber tomado 223 muestras”. Perú informaba de 86 positivos en 2 315 pruebas realizadas. Colombia y Chile también han efectuado más exámenes.
La realización de mayor número de pruebas en el país será posible gracias a la reciente autorización para que laboratorios privados las efectúen, debiendo hacerse bajo supervisión médica, control epidemiológico y procedimientos estandarizados. Al ser medida de salud pública contributiva a detener el avance del virus, debería ser de acceso universal y gratuito. Hay que fortalecer urgentemente la capacidad institucional del MSP para una sólida vigilancia epidemiológica, un exhaustivo monitoreo comunitario de casos, y apropiada respuesta hospitalaria – especialmente cuidados intensivos- para casos graves. Imprescindible una adecuada estrategia comunicacional. El responsable aislamiento social debe ser solidario aporte ciudadano de altísimo valor, protegiendo a los pobres que verán afectada su subsistencia diaria.