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Cosecha del disociador

Quien siembra vientos cosecha tempestades, dice un axioma. Eso ocurre en el país luego de los diez años del gobierno anterior, que se ha evidenciado en la presente campaña electoral, con miras a la consulta popular del próximo domingo. La violencia verbal y peor física es condenable, provenga de donde provenga y hay que rechazarla, pero los insultos, provocaciones y fundamentalmente el mal ejemplo han tenido una respuesta. Jamás se justificarán estos hechos, pero explican lo que viviera el Ecuador los diez últimos años.
Aquella etapa nefasta de confrontar a la sociedad, dividir a las familias, crear un ambiente del insulto, los calificativos denigrantes, la burla a los adversarios y críticos del régimen, los atropellos a los DD.HH., la criminalización de la protesta, que lastimosamente con la enorme propaganda oficial impactó en una parte de la población, que no reflexionó y siguió silente y enceguecida al pensamiento único del disociador.
Con el retorno de quien cambió de discurso, la campaña reavivó un ambiente de confrontación, nefasto para el país. Cuando la relativa paz y el respeto a las libertades y los DD.HH. volvieron, retornó con sus andanzas de confrontación y provocación y por donde va ha recibido respuestas de rechazo e incluso el lanzamiento de huevos y objetos y ha alterado de nuevo el ambiente que había mejorado estos ocho meses.
En forma reiterada criticó la reelección indefinida, dijo que después de los diez años se iba a dedicar a su familia, pero él todo esto traicionó por ambición de poder. Para aprobar la Constitución de Montecristi el 2008 hubo debates amplios en la Asamblea Constituyente en los que se reflejaron las críticas a la reelección indefinida. Por ello se incluyó la reelección por una sola vez (arts. 114 y 144, entre otros) y eso le hicieron aprobar luego al pueblo. Siete años después (2015), como había perdido popularidad, ya no convoca al pueblo a las urnas y se resuelve escoger el camino de la Asamblea, en donde alrededor de cien legisladores echan abajo lo que pusieron en la Carta Fundamental y abren la posibilidad del retorno a la Presidencia. Hoy critican restricción de derechos. Con ese criterio equivocado, la lógica establecería que entonces restringieron esos derechos en la Constitución.
Pudieron más la ambición y el disfrute del poder, que dejaron como saldo actos de corrupción que les hizo pasar a mejor vida aunque varios de la revolución ciudadana fueron a parar a la cárcel, sentenciados en el debido proceso y con derecho a la defensa, y otros deben estar esperando su turno. Algunos prófugos de la justicia, mientras se desarrollan nuevos procesos por peculado, cohecho, concusión, lavado de activos, testaferrismo. Ojalá luego de la consulta le pidan cuentas en la justicia a quien abusó con autoritarismo.