Corrupción y delitos

Lo que ocurrió en Ventanas, con la captura de 10 policías por posible extorsión, simplemente deja más de una interrogante sobre los filtros que se usan para escoger a los uniformados.

No es la primera vez que se produce este tipo de detenciones. Apenas anteayer fueron arrestados otros cinco agentes activos, que aparentemente eran parte de una red ilegal que cobraba por licencias y matrícu­las. Altos oficiales han insistido en que son casos aislados. Sí. En la Policía operan
49 000 hombres en el país y entre el 2013 y el 2015 fueron desvinculados 783.

Pero la lista de delitos por los que son señalados es larga: asesinatos, extorsión, narcotráfico, secuestro, malversación de fondos, tenencia ilegal de armas, plagio, abuso sexual, asociación para delinquir...

Hay que hacer algo urgente para frenar estos hechos. En el 2014 se comenzó a aplicar el detector de mentiras a los aspirantes.
La idea que se esbozaba entonces era que ese mecanismo permitirá “entregar a la ­comunidad elementos dignos”.

Pero esta prueba reveló algo espeluznante. Uno de cada tres candidatos a policías falló en preguntas como estas: ¿participó en delitos? ¿Es miembro de bandas?...

1 000 jóvenes quedaron fuera del proceso.
En el 2016, solo el 50% de interesados pasó la Prueba de Confianza, un filtro más amplio, que incluye detector de mentiras, pruebas psicológicas, toxicológicas y económicas.

Entonces, algo más hay que hacer, para impedir que personas con antecedentes discutibles ingresen a esa institución, que por delegación constitucional (art. 158) es la encargada de dar protección a los ciudadanos.

Está bien que la Policía aumente el número de su personal. Hoy mismo se han incorporado 3 762 nuevos agentes. Pero es importante atenuar los casos muy puntuales, que están vinculados con organizaciones delictivas.

Caso contrario, de nada servirán informes como el publicado por Latinobarómetro, que revela que de entre las policías de la región, la ecuatoriana goza de una alta confianza.

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