Correa, ¿irritado en jefe?

De un tiempo para los días actuales, el Presidente ha acentuado la importancia “planetaria” de sus pensamientos y acciones. Ahí lo que él denomina “reforma judicial”, que se dice otros países quieren replicarla.

Y, lo más importante, su conceptualización sobre los medios no gubernamentales, en cuanto a que no deben financiarse con publicidad mercantil, ni generar utilidades para las empresas que los producen. Según el pensamiento presidencial la comunicación debe ser un servicio público, regulado por el Estado.

En el Campo de Marte en la Recoleta –Ministerio de Defensa- , el 12 de diciembre, la nueva titular, María Fernanda Espinosa, al presentarse con el mando militar habría dicho que Correa es el presidente más popular de “América y el mundo” con un 80% de aprobación, por eso habría riesgos de “posibles intentos desestabilizadores de fuerzas imperiales y de emporios empresariales”, por lo que le pidió a las FF.AA. que no sólo sean “garantes democráticos, sino actores fundamentales” del proceso.

Respecto a una nota de la revista The Economist –que en ocasiones anteriores ha sido severa en críticas sobre la gestión del Presidente–, el canciller Ricardo Patiño, con expresión de asombro, escribe en su cuenta twitter, el 23 de noviembre, “Esto sí que es raro, la revista The Economist nombra a Rafael Correa como Hombre del año para el 2013. No les queda más que reconocerlo”. La secretaria de Pueblos, Mireya Cárdenas, toma la posta y escribe “Revista @TheEconomist designa a @MashiRafael como Hombre del Año 2013.”.

¿Y qué publicó The Economist? “2013 in person” – o sea una persona que podría caracterizar al año 2013,- y sigue: “Con los hermanos cubanos -los comandantes Fidel y Raúl- en el otoño de sus días; y, la estrella de Chávez extinguiéndose, en 2013 (Correa) podría asumir el papel de irritado en jefe de los EE.UU. al sur de la frontera”, Imaginar a Correa como “irritado en Jefe” ¿será asignarle una virtud? Cada persona que forme su juicio de valor.

No coincido con Martín Pallares cuando señala, el domingo, que todo esto obliga a pensar en los personajes de ‘Los Simpsons’.

Por lo publicado en The Economist debe explicarse que en el inglés hay dos palabras que en el habla hispana a veces significan lo mismo; notorio -“notorious”- y famoso -“famous”- pero que en inglés usualmente tienen significado diferente: “notorious” es el que dice o hace cosas para hacerse notar, pero se lo percibe entre lo no recomendable y lo ridículo; y “famous” es a quien la sociedad le reconoce valores. Claro que los juicios de valor dependen de quienes los formulen, a veces con fuerte carga de subjetividad.

lroldos@elcomercio.org

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