El contraste vial y la basura

Existen dos temas cruciales que se relacionan con el buen vivir y el desarrollo del Ecuador. El uno relacionado con el sistema vial y el otro con la recolección de la basura. Cuando uno recorre el país puede observar los contrastes. Es indudable el sustancial mejoramiento de las carreteras, en muchos casos de concreto y por tanto de mayor duración. Los ejemplos de Manabí y Esmeraldas son dignos de resaltarse, con enormes puentes que conectan a las ciudades (el caso de Bahía y San Vicente, aún en construcción con retraso) y el eje vial con cuatro puentes y vías que unen a Esmeraldas, que fuera inaugurado en los últimos días y que dejara atrás un sueño de más de 40 años. Cuánto demoraba ir del aeropuerto de Tachina a la ciudad y viceversa.

La vía de concreto El Carmen-Pedernales y la aun inconclusa vía que va de la Sierra hacia Manta. En la Región Amazónica, gran parte del eje vial en muy buen estado, aunque también quedan tramos pendientes hacia el sur.

Lo negativo de las vías es el peligro constante que generan los malos conductores, del transporte público y particular, que abusan de la velocidad, violan la ley, protagonizan accidentes con saldos lamentables y son los primeros en reaccionar violentamente cuando se les hace notar que de por medio está la vida de seres humanos.

El caso de la basura es peor. Demuestra los contrastes entre las grandes urbes pero también ciudades pequeñas muy limpias, tranquilas y bien cuidadas el ornato. Ese es el caso de Bahía de Caráquez, que contrasta con los niveles de inseguridad ciudadana en el resto de provincias. El caso de Esmeraldas, Guayas, Sucumbíos, El Oro, Pichincha y parte de Manabí.

Da pena observar ciudades de las cuatro regiones cómo la falta de cultura, educación y buenas costumbres dañan la imagen por la acumulación de la basura. En parte debido a la falta de eficiencia de los organismos seccionales pero también las malas conductas ciudadanas de sacar sin horario y acumular en la calle los residuos que se esparcen por las vías y parques. Esto sucede en la propia capital (ejemplo, barrio central de La Vicentina) en donde ni siquiera se puede colocar un recolector para que por lo menos no sea tan denigrante el espectáculo. Todo esto sin contar con los avances de la reutilización y el reciclaje que se hacen en otras urbes. Cuando uno profundiza el análisis se encuentra que existen ordenanzas incumplidas por las autoridades y que el papel de los comisarios municipales es nulo con el pretexto de que son pocos y no cubren las ciudades. Si no dan resultados, ¿para qué existen?

Los grandes desafíos serán el mantenimiento del mejorado sistema vial (a excepción de las vías concesionadas en donde se nota la diferencia de la administración) y la toma de conciencia para avanzar en el tratamiento de la basura.

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