“El mensaje es claro: estamos obligados a fraguar una sociedad justa y equitativa, so pena que el contrapaso no lo podamos sobrellevar”.
‘Contrapaso” es sufrir lo contrario. Equivale a “synalagma” (Aristóteles), “sinalagmático”, como bilateral u obligatorio para las partes de una relación. Desarrollaremos el tema a partir de dos personajes: Dante Alighieri (Divina Comedia), e Isaac Newton con su tercera ley física del movimiento.
El contrapaso en Dante es lo “justo equitativo”, recibido en reciprocidad, pues es lógico que lo receptado corresponda a nuestra conducta. Guarda consistencia filosófica con Newton: “a toda acción sucede siempre una reacción igual y contraria”. Existe una dependencia demostrable, causal y dialéctica, entre lo que hacemos y lo que nos es devuelto.
No siendo el ser humano un ente que actúa siempre en apego a la ética, tiende a reaccionar sin la indispensable racionalización, dando así paso a una “causalidad eficiente”. Cuando ello sea asumido por los dirigentes de la sociedad – y en general por sus estamentos económicos que se auto-asumen de omnipotentes– podrán comprender la necesidad de “no provocar” a las masas.
Máxima: no se puede esperar de los pueblos algo distinto de aquello que la sociedad misma está en disposición de cederlo. En la Divina Comedia, el contrapaso por analogía es aquel en el cual la acción genera una reacción similar al acto primario: los avaros viven en el más allá con los puños cerrados, miran al suelo cargados con lo que no supieron administrar. En el contrapaso por antítesis, la respuesta es lo opuesto al suceso productor: tiranos y ladrones vegetan en el inframundo sumergidos en la sangre que derramaron. El mensaje es claro: estamos obligados a fraguar una sociedad justa y equitativa, so pena que el contrapaso no lo podamos sobrellevar.
La noción física de Newton de que “las leyes coinciden con los principios de las formaciones de las cosas”, es válida en su proyección sociológica. Una comunidad en que impera la injusticia social es producto de la óptica con que los actores a su cargo miran a sus semejantes… desprovistos de sensibilidad y solidaridad.