Contaminación

El concepto de contaminación normalmente está vinculado al tema ambiental, más asociada con el aire que respiramos. Aunque sabemos que esta tiene que ver también con el suelo, el agua, el paisaje y el ruido.

Las emisiones de dióxido de carbono y otros gases que producen el efecto invernadero asociado a la destrucción de la capa de ozono y al cambio climático han acaparado la atención mundial de gobiernos, instituciones globales y grandes empresas para frenar el aumento de temperatura que está teniendo el planeta. Sin embargo, hay otras amenazas a la calidad del aire, como los olores nocivos y partículas que afectan a la salud de poblaciones cercanas a las fuentes de emisión.

La contaminación de los suelos no es de menor relevancia. La erosión y deforestación, impactan la biodiversidad y calidad de suelos por malas prácticas agrícolas o efectos de sequías. Pero los suelos también pueden ser dañados por mal manejo de la disposición final de desechos, algunos peligrosos, que aunque afectan en pocas extensiones, provocan riesgos a veces sin protocolos de manejo responsable.

En el caso del agua, la contaminación de ríos y mares por desechos plásticos, químicos u orgánicos no procesados, hacen que sus ecosistemas pierdan capacidad de armonizar su funcionamiento destruyendo resiliencia natural. La contaminación de tuberías de agua como fuente de abastecimiento del líquido vital, puede provocar serios daños de salud donde los más susceptibles son los niños. La acidificación de los océanos disminuye la capacidad de sostener la vida marina y quebrar el equilibrio en su ecosistema.

La contaminación del paisaje y ruido a veces es criticada por percibirse superficial, sin embargo, el exceso de letreros en calles genera un aumento en el nivel de estrés de las comunidades; como el ruido en calles o lugares de trabajo, provocando efectos nocivos para la salud, la concentración y productividad.

Se puede ampliar el concepto y hablar también de contaminación social, por la invasión de información constante en su mayoría inútil, mayor violencia, amenazas de terrorismo, y otros sucesos sociales y políticos que afectan la paz, seguridad, libertad, optimismo y confianza entre las personas y las instituciones que las gobiernan, causando una de las peores fuentes de contaminación: la pobreza institucional.

La información es crucial para lograr mayor equidad ambiental, y tomar decisiones lo hace creíble. En Chile, por ejemplo, está eliminando el uso de bolsas plásticas en comercios, inició el cobro de impuestos verdes, fijó metas y normas para reciclar al menos el 30% de residuos.

Nuevos hábitos de personas y procesos empresariales deben acompañar para reducir la contaminación.

rsalas@elcomercio.org

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