Existen tendencias que están afectando de manera creciente al mundo y la forma en que vivimos. En lo económico, China superará pronto a EE.UU. como primera potencia mundial, y el crecimiento seguirá siendo liderado por los países emergentes. En lo político, el mundo es cada vez más multipolar. No habrá hegemonía de una o dos fuerzas, sino al menos 4. China, EE.UU., Europa y Rusia.
Las tendencias sociales están marcadas por el crecimiento sostenido de la clase media, mayor población viviendo en ciudades, personas en la tercera edad pasarán del 10% al 20% de la población global en dos décadas, y cambios culturales de los jóvenes con nuevos esquemas de comportamiento y estilos de vida. En lo ambiental, el cambio climático seguirá presionando por una economía baja en carbono y menor deforestación, impulsando matrices energéticas con fuentes renovables y mejor uso de los recursos hídricos.
Estas tendencias provocarán impactos crecientes en cómo se diseñarán las ciudades, edificios y casas del futuro.
Uno de los más importantes es el requerimiento de mejor y mayor infraestructura para transporte, energía, agua, y telecomunicaciones. Las ciudades requerirán capacidades para albergar más personas, generando encarecimiento de la tierra e impulsando la construcción vertical en edificios residenciales. Así mismo, las regulaciones ambientales serán cada vez más exigentes en manejo de residuos, agua y energía renovable.
Estos impactos también influenciarán cambios importantes en la forma en que el sector crea y captura valor y en la educación de las personas para vivir en condominios verticales como comunidades colaborativas.
Las fórmulas de éxito de profesionales y empresas del sector deben transformarse para usar estos cambios como oportunidades.
Lo anterior estará dirigido por tres elementos. Primero, retomar prácticas constructivas responsables y recuperar confianza. Segundo, actualizar las capacidades de diseño, entendiendo las necesidades de segmentos distintos, como espacios con más servicios para tercera edad, habitaciones más pequeñas pero con espacios colaborativos amplios para comunidades de jóvenes. Tercero y no menos importante, adaptarse a los avances tecnológicos, aprovechando el internet de las cosas y la digitalización para ofrecer más beneficios y servicios a las personas, la impresión 3D de casas o partes de ellas, así como los conceptos de economía circular de reusar- reducir- reciclar, mientras la tecnología blockchain se encargará de revolucionar los sistemas de registro de propiedad de inmuebles y la manera de financiar los proyectos.
Esto permitiría llegar a más familias que sueñan con casa o habitación digna. La construcción ya está siendo transformada por la fuerza de los cambios.
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