La soberanía económica y tecnológica, objetivos de la revolución ciudadana, quedaron descolgados del famoso plan del Buen Vivir, desde que se confirma que en la era de la globalización el excedente de capital sigue buscando oportunidad de inversión en los países de la periferia.
Mientras tanto, las élites gubernamentales locales se ufanan para recibir capitales, acosados por las circunstancias que ellos mismos han generado favoreciendo al reprochado imperialismo.
Las circunstancias locales (fuerzas centrífugas según Harshorne) tienden a fragmentar y a polarizar al país, ofreciendo más oportunidades de intervención externa. Con los ‘fonditos’ se hubiera construido el puerto de aguas profundas de Posorja, a un costo menor que la plataforma de la Refinería del Pacifico.
Pero curiosamente, en el 2012, se optó por contratar a una consultoría española, para que con su Plan Estratégico de Movilidad PEM, sin quererlo, estimule la confrontación del Gobierno central con el de Guayaquil.
Se menospreciaba al Golfo de Guayaquil en su ubicación geográfica, capacidad del ‘hinterland’ o área de influencia, cercanía a fuentes de consumo, mercado, producción, magnitud creciente de la población y proximidad con las áreas agrícolas de la cuenca del río Guayas, y menoscabando la ventaja de tener un conjunto de puertos: de aguas profundas de Posorja, de Guayaquil y los privados.
Para agriar más la confrontación, se dijo que ubicar al puerto de aguas profundas entre Posorja y Chanduy era la oportunidad del Gobierno central para sacarlo de las manos de la oligarquía guayaquileña Sin embargo, según la estrategia territorial del Ecuador 2009, ya se previó la construcción del puerto de aguas profundas en Posorja; de haberse realizado, a la fecha actual ya se hubiera inaugurado en paralelo con la ampliación del canal de Panamá, de los próximos días.
Por supuesto que no se aspira que lleguen al puerto de transferencia de contenedores a Posorja, los buques post Panamax, pero hay que tomar en cuenta que 145 44 buques utilizan 144 rutas marítimas de 80 países incrementados por la ampliación del Canal de Panamá; así como por los buques post Panamax que individualmente incrementan su capacidad de 6 000 TEUS (contenedores de 20 pies) a 18 000, además de la frecuencia, capacidad, distribución y transferencia de carga, desde y hacia los puertos con mayor impacto a los más cercanos a Panamá, según la visión de la oceanopolítica del Ecuador, (EL COMERCIO, 6 de junio 2013).
Pero hay una conclusión objetiva ineludible. El puerto de aguas profundas lo hubiéramos construido con capital nacional, para tener un puerto oceánico y recuperar el retraso que se mantiene con el de Callao (Perú), pese que desde el 2007 se pensaba que era el Ecuador la ventana geopolítica de Asia.