El escenario para la inversión privada en Ecuador es el mejor luego de 14 años. El Presidente que asumirá el próximo 24 de mayo ganó las elecciones con la oferta de impulsar el crecimiento anclado en el sector privado, para lo cual ofreció, entre otras cosas, simplificar los trámites tributarios, no subir impuestos, eliminar los tributos ineficientes, reducir los aranceles a insumos que vayan al aparato productivo, firmar más acuerdos comerciales y una vacunación masiva.
El entusiasmo de empresarios grandes y pequeños, nacionales y extranjeros, se ha expresado hasta ahora en la caída del riesgo país, que el viernes pasado terminó en 841 puntos. Desde inicios este año, en medio de la campaña electoral, este indicador se había mantenido por encima de los 1 000 puntos. Y cuando ganaba la posibilidad de que ganara el candidato del correísmo, el riesgo país se disparó hasta 1 600 puntos.
Por cada 100 puntos de riesgo país se encarece el financiamiento internacional en un punto porcentual, es decir, el riesgo país actual equivale a una tasa de interés de 8,4%.
Para salir al mercado internacional y obtener financiamiento –que lo necesitará el país los siguientes años- se necesita bajar el riesgo país unos 300 puntos más. Eso será posible cuando el nuevo Gobierno tome sus primeras medidas económicas y se aprueben varias reformas en la Asamblea.
También se espera que el entusiasmo empresarial por la llegada de un gobierno pro mercado se traduzca en nuevas inversiones que generen empleo con equidad.
El viernes pasado fue tendencia en Twitter el hashtag #efectoLasso, donde varias personas contaron que consiguieron empleo o concretaron negocios. Los gremios productivos también saben que necesitarán apoyar al nuevo Gobierno con acciones para asegurar que el modelo económico propuesto se mantenga en el tiempo, ya que los proyectos de inversión son a largo plazo.
Durante el actual Gobierno, que cambió su orientación económica desde mediados del 2018, la inversión privada ha recuperado su peso histórico. En el 2018 y 2019, por ejemplo, representó el 68% de la inversión total, según datos del Banco Central. Es probable que el año pasado haya caído por efecto de la pandemia, pero se espera que este y los siguientes años supere los USD 18 440 millones de inversión registrados en el 2019.
El escenario para la inversión extranjera también es favorable, aunque los grandes capitales foráneos suelen tardar más tiempo en llegar, hasta ver que si se consolida un modelo económico más allá de la línea política de un gobierno. El año pasado, en medio de la pandemia, la inversión extranjera directa fue de USD 1 016 millones, un 6% más que el año previo. La explotación minera fue la más representativa.
Hace dos años, funcionarios del Ministerio de Producción viajaron por varios países para promover 29 proyectos por USD 33 000 millones. Es hora de desempolvar los proyectos públicos y privados. Aquellos que se frenaron por riesgos políticos debieran ser los primeros en concretarse.
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