Uno de los temas que ha generado polémica, a propósito de la aprobación de parte de la Asamblea Nacional de varias reformas al Código Orgánico Integral Penal (COIP), tiene que ver con la sanción con cárcel de tres años a las personas que comercialicen suero líquido de leche.
Esta medida ha generado rechazo de quienes producen suero líquido de leche (que no necesariamente son los productores de leche), así como de las grandes industrias de lácteos. Estamos hablando de 80 plantas industriales y de aproximadamente 4 000 pequeñas empresas que diariamente procesan cerca de 1,2 millones de litros de suero líquido.
Estas prohibiciones, de acuerdo al gremio que agrupa a este sector, el Centro de la Industria Láctea (CIL), les afectaría sensiblemente, generando con ello pérdidas y posible cierre de estas empresas.
Lo cierto es que la venta de suero líquido de leche ha generado muchas distorsiones en el mercado, perjudicando a los productores de leche y beneficiando de manera exagerada a las grandes industrias procesadoras. Las industrias de lácteos, en lugar de enfocarse en comercializar productos con un 100% de leche, han recurrido a realizar mezclas con suero líquido, bajando con ello el valor nutritivo pero aumentando de manera importante sus utilidades.
De acuerdo a datos recientes del Ministerio de Salud, uno de cada cuatro niños menores de 5 años sufre desnutrición en el Ecuador. En el sector rural, el 23,9% tienen desnutrición crónica. La causa principal de la malnutrición es la falta de una dieta adecuada. A mi criterio, eso se debe, en parte, a la pésima calidad de los productos que se ingiere en el país. Las bebidas lácteas (leche y yogur con gran porcentaje de suero líquido) son un ejemplo.
De ahí que la medida promovida por el ministro de Agricultura y Ganadería, Xavier Lazo, de prohibir la comercialización de suero líquido, es acertada. Al igual que exigir a los procesadores de lácteos que de hoy en adelante “la leche (100% pura) será el único producto de color blanco que podrá ser comercializado. El suero y otros subproductos deberán tener otro color y sabor”.
Es cierto que los altos niveles de desnutrición en el país se deben a factores económicos pero también al desconocimiento que tienen muchos padres de lo que implica una dieta nutritiva y balanceada. El menú de papas, arroz y fideos, a más de las colas, no ayuda.
Sin embargo, más allá de esto, considero incluso que debería prohibirse la venta de bebidas lácteas con alto porcentaje de suero de leche (líquido o en polvo).
No puede ser que, en razón del derecho que brinda la Constitución de la República a la libre empresa, los criterios de carácter empresarial estén por encima de la nutrición y la buena salud de nuestros ciudadanos. Esta debe ser la prioridad, no los grandes intereses que tienen ciertos grupos empresariales.