Diego Cevallos R.

Salud en manos de enfermos

Gran parte de las personas que nos atienden en los hospitales o en una consulta médica están enfermas física o mentalmente o ambas cosas. Ellos son víctimas de sistemas de salud deficientes que nos ponen en riesgo a todos.

Un 54% de los trabajadores de salud de países con medianos y bajos ingresos tiene tuberculosis latente, entre el 44 y el 83% de las enfermeras en África sufre dolor lumbar crónico. A nivel global, 63% declara haber enfrentado violencia en su lugar de trabajo y más de un tercio tiene problemas emocionales como burnout o fatiga por compasión. El riesgo de suicidio de un profesional de la salud es mayor que el de cualquier otro. Estos son datos de la OMS y de diversos estudios. Por eso, cuando vaya a un servicio de salud considérelo, pues puede estar frente a alguien que le contagie una enfermedad o que esté tan estresado y cansado que le trate y diagnostique mal.

Si deseamos tener servicios de salud seguros y con el trato que merecemos, no basta contar con insumos, espacios físicos adecuados, infraestructura médica sofisticada o altas credenciales profesionales. Urge cuidar a los cuidadores.
Los datos disponibles señalan que menos de uno de cada seis países del mundo ha definido políticas nacionales para garantizar un entorno laboral adecuado a los profesionales de la salud. Tras la pandemia del COVID los políticos han alabado al personal de salud y han prometido cuidarle. Lo cierto es que sobran palabras y faltan hechos.

No es novedad entonces que el personal que está trabajando para curarnos sufra de alergias, agotamiento mental y físico, infecciones diversas, lesiones musculoesqueléticas, problemas por exposición a productos químicos peligrosos y violencia y acoso en su lugar de trabajo.

Según la OMS, si mejorase el bienestar de los trabajadores sanitarios, se reducirían los costos de los problemas ocupacionales y se contribuiría a minimizar el daño adicional que se infringe a los pacientes. Es indispensable que los profesionales tengan ese derecho asegurado. Cuidemos a los cuidadores.

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