Sionismo

Fue el nombre del movimiento político israelí, fundado en Basilea por el pensador y escritor austro-húngaro de origen judío Teodoro Herzl en 1897, para luchar por el establecimiento del Estado de Israel en sus tierras ancestrales. La palabra viene de “sion”, que es el nombre de una de las colinas de Jerusalén. Pero por extensión los judíos solían llamar Sion a su patria. Y el sionismo, por tanto, era el proyecto político de retornar a ella.

Los judíos vivieron durante mucho tiempo dispersos por el mundo —fue la diáspora— a causa de las invasiones y el despojo de sus tierras por otros pueblos en distintas épocas: asirios en el año 722 a.C, babilonios 586 a.C., persas 530 a.C., romanos 70-313 d.C., bizantinos 313-636 d.C., árabes 636-1091, seléucidas 1091-1099, cruzados 1099-1291, mamelucos 1291-1516, turcos otomanos 1517-1917 e ingleses 1918-1948.

Antes de la 2ª Guerra Mundial los judíos estaban diseminados por el mundo. Había 3’300.000 en Polonia, 3’020.000 en la Unión Soviética, 800 mil en Rumania, 504 mil en Alemania, 445 mil en Hungría, 385 mil en Inglaterra, 357 mil en Checoeslovaquia, 260 mil en Francia, 185 mil en Austria, 175 mil en Lituania, 80 mil en Turquía, 75 mil en Yugoeslavia y en varios otros países.

Los invasores les despojaron de sus tierras pero los judíos nunca renunciaron a su propósito de retornar algún día a la “Eretz Israel” y fundar allí el Estado judío. Esto lo hicieron en 1948 cuando la ONU les entregó una pequeña franja de territorio —15.500 kilómetros cuadrados— aprisionada entre el río Jordán y el Mediterráneo. Y entonces se consolidó el nuevo Estado y el líder laborista David Ben Gurión se convirtió en su primer gobernante, bajo una ideología de perfiles socialistas, solidarios, igualitarios y austeros.

Hasta el año 2009 la pequeña comunidad judía, que representaba el 0,02% de la población del planeta, había conquistado 52 premios Nobel en Medicina, 49 en Física, 28 en Química, 23 en Economía, 12 en Literatura y 9 de la Paz.

Pero la coexistencia de Israel con la población árabe de Palestina se convirtió en un problema cada vez más conflictivo. A las 24 horas de fundado el nuevo Estado los países árabes —en una operación combinada de los ejércitos de Egipto, Líbano, Siria, Jordania e Iraq— abrieron un enfrentamiento bélico que duró más de un año y que terminó con el triunfo de las armas israelíes, que aprovecharon la jornada para incorporar 5.200 km2 a su territorio. Pero las hostilidades no cesaron. Y desde entonces se han producido cuatro guerras totales entre árabes y judíos.

Israel —convertido en una potencia nuclear— resiste diariamente la presión militar de los países árabes que buscan recuperar los territorios perdidos en 1967 y expulsar a los judíos de las tierras palestinas.

Suplementos digitales