El Estado cimienta su gestión en tres pilares: la seguridad, la salud y la educación. La seguridad, que requiere de la protección de las fuerzas del orden público, tuvo su inflexión cuando protestas vandálico-políticas inutilizaron al Ejército y a la Policía.
La educación, maltrecha por acciones irreflexivas, tiene falencias que se agudizan en las zonas rurales. La salud, desordenada, carece de un Sistema Nacional que la optimice.
La Seguridad Social, responsabilidad estatal, debe proteger a todos los habitantes del país. El IESS (Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social), a sus aportantes (afiliados, jubilados y pensionistas). Apenas el 24% de ecuatorianos es afiliado al IESS.
La salud de los ecuatorianos debe estar protegida por el Sistema Nacional de Salud. El Congreso Nacional aprobó la Ley del Sistema Nacional, en el año 2002 y el gobierno la reglamentó en el 2003; fue una Ley descentralizadora elaborada por el Ministerio de Salud, la Organización Panamericana de la Salud, OPS y la Organización Mundial de la Salud, OMS, los colegios de médicos, las facultades de medicina y la Comisión de Salud del Congreso Nacional. Esta Ley reconoce la rectoría del Ministro de Salud y la integración de varios organismos funcionales: el Consejo Nacional de Salud (Conasa), los Consejos Provinciales, Municipales y las Juntas Parroquiales y cuenta con amplia participación de la comunidad; penosamente el boicot de las Asambleas Constituyentes, ha impedido su vigencia.
La ley del IESS, aprobada por el Congreso Nacional en el 2001, planteaba un seguro mixto, con un segmento solidario y otro de ahorro individual. Fue declarada inconstitucional. No se ha elaborado una nueva ley, que reorganice al gobierno del IESS y dé lugar a la integración de un congreso de afiliados, jubilados y pensionistas que supervise y fiscalice la gestión del Consejo Directivo, que debe integrarse con representantes del gobierno, de los afiliados, de los jubilados, del seguro campesino, de los trabajadores públicos y de los trabajadores privados.
El IESS tiene que establecer cuatro direcciones generales, con autonomía financiera y administrativa: -la Dirección General de Invalidez, vejez, muerte, cesantía y desempleo, – la Dirección General de Salud y Riesgos del Trabajo, -la Dirección General del Seguro del Campesinado y -La Dirección General del BIESS, para que cada una sea responsable de su gestión específica y evite que el poder omnímodo del representante del gobierno, a través del director general, dé pábulo a los desafueros y a la corrupción que denigra a la Institución.
La Dirección General de Salud sería la responsable de dispensarios y hospitales y de la integración de ellos al Sistema Nacional de Salud. Salvemos al IESS, a la salud, a la patria.