9 pilares para el pacto laboral

A lo largo del último siglo, los principios que han guiado el diálogo entre gobiernos, empleadores y trabajadores se han mantenido. La Organización Internacional del Trabajo (OIT), creada en 1919 y que actualmente reúne a 187 Estados, ha sido el centro de ese diálogo tripartito, que no está libre de tensiones como la que actualmente genera la revolución digital o los procesos de ajuste que viven las economías de la región.

El 28 de junio pasado, 17 periodistas de América Latina mantuvieron un diálogo en la sede de la OIT en Ginebra, Suiza, con Janine Berg, economista principal del departamento de condiciones de trabajo. Ahí, los temas que salieron a relucir de parte de los comunicadores giraron alrededor los procesos de ajuste que viven los países latinoamericanos, porque sus empresas enfrentan problemas para competir en un mundo donde el principal activo es el conocimiento y la información.

La revolución digital, la aparición de plataformas tecnológicas como Uber o Cabify y los trabajos ‘free lance’ están borrando las relaciones laborales, dejando a un ejército de trabajadores independientes sin protección social. Por eso, Berg cree que con las plataformas hemos vuelto 100 años atrás.

La nueva economía mundial está cambiando la forma de producir y de trabajar. Y si bien es necesario ajustar las normas laborales o reformar las instituciones con el fin de facilitar la movilidad de los trabajadores y fomentar la generación de empleo, cualquier reforma no debiera apartarse de los nueve pilares del diálogo entre gobiernos, empleadores y trabajadores, cuya esencia es alcanzar la justicia social como un mecanismo para mantener la paz.

Lo anterior implica estar de acuerdo en derechos básicos que en muchas ocasiones se han quedado en enunciados, como el de la igualdad de remuneración por un mismo trabajo, el derecho al salario mínimo decente o el derecho de asociación.

No son los únicos. Hace 100 años, los gobiernos estuvieron de acuerdo en que el trabajo infantil debe ser abolido, pero aún existe. También coincidieron en que el trabajo no es una mercancía el trabajo, pero se lo trata como tal, o que el tiempo máximo de trabajo debe ser de 8 horas al día y 48 a la semana -con un día de descanso-, pero abundan las jornadas 24/7 o 996 (de 09 am a 09 pm durante seis días a la semana).

Estos pilares son una guía a la hora de definir las reformas al Código de Trabajo en Ecuador, un tema que forma parte del Diálogo Nacional y que es impulsado por el Consejo Nacional de Trabajo y Salarios.

Históricamente, la flexibilización laboral aparece en las épocas de crisis, pero no genera empleo o, en el mejor de los casos, lo hace en el corto plazo, porque nace sin consenso y se aplica de forma aislada.

Para que una reforma laboral funcione debe estar integrada a un plan integral, con políticas macroeconómicas estables, con una política productiva de largo plazo que fomente la educación, el trabajo decente y que garantice la protección social.

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