El rescate ocurrido el pasado 4 de julio, de 12 venezolanas y tres colombianas de una red de prostitución que reclutaba migrantes en Perú, es una muestra de los complejos entramados donde la migración y la trata de personas tienen muchas veces como protagonistas a víctimas del trabajo forzado y la explotación sexual.
La red de trata sexual que reclutaba migrantes fue desbaratada por la Pperuana. Tres de las mujeres eran menores de edad.
Según las autoridades de ese país, las víctimas habrían sido captadas en Bogotá, se les pagó el pasaje a Lima y allí se las obligó a prostituirse para cancelar un pago de USD 1 000.
“Las migraciones, tanto internas como internacionales encuentran sus raíces en las desigualdades, las vulneraciones a los derechos humanos y otras causas estructurales vinculadas a los procesos socioeconómicos y culturales”, dijo la investigadora Cécile Blouin, del Instituto de Democracia y Derechos Humanos de la Pontificia Universidad Católica del Perú.
La experta dijo que “en algunos contextos, la migración puede constituir desde un principio una situación de trata, por ejemplo se recluta a la persona para fin de explotación sexual desde el país de origen”.
En otros casos -asegura- el proceso migratorio puede darse sin que haya reclutamiento ni contrato previo para una forma de explotación, sin embargo llegando al país de destino o luego de un tiempo se da una situación de trata de personas por factores vinculados a desigualdades, vulneraciones de derechos, condicione socioeconómicas y etc.
Según el último informe del Ministerio Público (fiscalía) de Perú, entre 2014 y 2017 las víctimas extranjeras de la trata representan algo más de 10 por ciento de las víctimas y provienen en su mayoría de Colombia, delante de Ecuador y República Dominicana.
La debacle socioeconómica en Venezuela ha originado una nueva oleada de migrantes de ese país a Perú, unos 280 000 hasta mayo, pero no hay cifras sobre los casos de trata vinculados a su inmigración.
El 30 de julio se celebra el Día Mundial contra la Trata de Personas, un delito vinculado en muchas ocasiones con la migración y también con el tráfico ilícito de migrantes, como señala la Oficina de las Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito (ONUDD).
“Si uno se fija en los flujos migratorios grandes, particularmente los que tienen personas en situación irregular, o desplazados, es probable que haya una cantidad de personas que caen en las manos de las redes de tratantes”, señaló Rosilyne Borland, de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
La especialista citó el caso de la migración venezolana. “Se puede imaginar que dentro del flujo podemos encontrar un grupo de personas que pueden caer en los manos de los criminales”, señaló.