Violación
Hace tres mil años, el rey David gobernaba a Judá e Israel. Tres de sus dieciocho hijos protagonizarán la siguiente historia.
Amnón se enamoró tan apasionadamente de Tamar que andaba pálido y pajizo. -”¿Qué te pasa?”, le preguntó su amigo Jonabad. -”Ando enamorado de Tamar, y no me para bola”. - “No seas tonto. Hazte el enfermo, vete a la cama y cuando el rey baje a visitarte dile: ‘Papá, me han entrado ganas de que Tamar me prepare mi comida favorita y venga a cocinarla en mi casa para ver cómo lo hace ”. El rey dijo a Tamar: -- “Ayuda a tu hermano que anda enfermo y con ganas de que tú le prepares su comida favorita”. Tamar vestida de una túnica larga, señal de virginidad, obedeció a su padre.
Cuando llegó Tamar, Amnón conversaba con su criado -- “Sal, le dijo, cierra la puerta y déjanos solos”. Tamar le preparó un plato frío y al darle de comer, Amnón le dijo “Ven, amada hermana, acuéstate conmigo”. Tamar se resistía, pero como él era más fuerte, fue violada. ¡Y de pronto el amor de Amnón se convirtió en odio! Llamó al criado y le ordenó: - “Aparta de mí a esta vil mujer!”.
Absalón se topó con la llorosa Tamar y la escondió en su casa. Dos años después, Absalón preparó una gran fiesta para todos sus hermanos e instruyó a los criados - “Una vez que Amnón esté borracho, mátenlo”. Y así se hizo. Los detalles de este relato lo hallarán en la Santa Biblia, Antiguo Testamento, Segundo Libro de Samuel, capítulo trece.
Diario EL COMERCIO del 12 de mayo de 2019 informaba que, según declaración del director de la policía Judicial, “Había cuarenta y dos denuncias diarias por violación y agresión sexual y que el mayor porcentaje de las víctimas conocía a sus agresores porque se viola y agrede en círculos cercanos”. Hablando en claro, esto significa que abusos y violaciones ocurren en el seno de la familia, en la escuela-colegio- universidad y en el lugar de trabajo.
Un ángel del Señor se le apareció en sueños a la asambleísta Lourdes Cuesta. “Lourdes, como premio a tu salida de CREO, te voy a dictar un proyecto de Ley para que se registre a todo violador que haya sido juzgado y enviado a la cárcel a fin de que, cuando salga libre, la sociedad le pegue el ojo y no le den trabajo allí donde “hasta el justo peca en arca abierta”. El Señor te promete que el proyecto será aprobado por todos tus compañeros”. Fue el proyecto al señor Presidente, quien lo vetó en parte, luego fue a la Corte Constitucional, que lo declaró inconstitucional por discriminatorio.
Los académicos son unas personas “bien leídas y escribidas”, pero, a veces, no pisan el fango de la realidad. De ordinario, un violador reincide porque es un enfermo. Hay un exceso en los derechos humanos. Ya es hora de armarse de sensatez y examinarlos en concreto, en las circunstancias donde se los cuestiona. La ley mata a los abusados y respeta a los abusadores. ¿Qué les parece? Hay que cambiar la Constitución.
Tamar, a pelear.