Edgardo Ayala
IPS
Enfundada en una bata blanca, María Santos Mendoza yace en una cama del Hospital Nacional General de Neumología Dr José Antonio Saldaña, al sur de San Salvador, y el habla se le dificulta un poco porque tose persistentemente. “Me duele mucho al toser, siento como si el pulmón se va a romper”, contó esta mujer de 75 años. Mendoza es una de las miles de personas afectadas por la mala calidad del aire en San Salvador, la segunda capital de América Latina con mayor polución atmosférica en la región, detrás de Lima y delante de Santiago, Tegucigalpa y Bogotá, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). IPS analizó la situación de Lima y San Salvador de la contaminación atmosférica, origen de enfermedades que causan una de cada 10 muertes en el mundo, según la OMS.
“Siento seca la garganta”, se quejó Mendoza como ejemplo de los padecimientos que el aire sucio provoca. Su dolencia respiratoria se aglutina dentro de lo que los médicos conocen como Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC). La mayoría de casos que llegan al hospital con ese diagnóstico son personas expuestas, sobre todo mujeres, al humo producido al cocinar en cocinas de leña, explicó a IPS la médica Mariacela Urbina, jefa del Departamento de Neumología del hospital.
El uso de combustibles sólidos para cocinar y calentarse, señala la OMS, es un problema de salud pública en las Américas y el principal riesgo ambiental, que en 2012 afectaba a casi 90 millones de personas y causó unas 81.424 muertes.
En hombres, los casos más frecuentes de EPOC están relacionados al humo del cigarrillo. En general, el otro responsable de afecciones respiratorias es el humo que expelen los automóviles, agregó la especialista. Independientemente del origen, “todas las enfermedades respiratorias se exacerban, se empeoran, con un aire contaminado”, destacó Urbina.
El Área Metropolitana de San Salvador, que incluye la capital y otras 13 ciudades circundantes, es un hormiguero urbano donde viven 1,7 millones de personas. Es el centro neurálgico de este país centroamericano de 6,4 millones de habitantes.
Y el nivel de contaminación aquí es de 42 microgramos de partículas suspendidas en el aire por metro cúbico (42 ug/m3), como promedio anual, lo cual supera 4,2 veces el límite de la OMS, que es de 10 microgramos, según el portal Breathelife2030, parte de una campaña impulsada por ese organismo para sensibilizar a países y ciudadanía sobre el problema. La polución del aire se mide a partir de la concentración y el tamaño de partículas suspendidas en el ambiente, pues las hay de 10 microgramos (PM10) y de 2,5 microgramos (PM2,5), que por ser las más pequeñas son las más dañinas. Las de 2,5 microgramos de diámetro, “como son las más pequeñitas, son las más fácilmente respirables”, subrayó a IPS la investigadora Claudia Salazar, experta en calidad del aire del salvadoreño Ministerio de Medio Ambiente.