Hace dos años y medio Arabia Saudita puso en práctica la política de sacrificar precios a cambio de participación de mercado. Los motivos fueron dos: se vislumbra el fin de la era petrolera, en un par de décadas más, y no se justifica dejar grandes cantidades de crudo bajo tierra. Los precios altos alientan el desarrollo de nuevos yacimientos en particular el petróleo de esquistos, lo que deprime precios.
Ryad calculaba que con un año de precios bajos se mataba a los esquistos. Ecuador le creyó, y le sigue creyendo. Nos endeudamos con China y en el mercado financiero internacional, hasta que repunte el precio.
Arabia Saudita no aguantó la merma de recursos, y echó la toalla. Volvió a la política de restringir la producción. La OPEP concertó en noviembre reducir la producción desde enero 1°. Lideran los saudíes con 480 mil barriles diarios menos. Irán, Iraq, Libia y Nigeria quedan exentos de recortes. Ecuador deberá reducir 28 mil barriles. Esto significaría posponer el desarrollo de ITT: Ecuador es de los que más sacrifica para apuntalar precios.
El mercado reaccionó con un repunte de USD 10/barril en el precio. Si bien el alza es sustancial, no llega el precio no llega al promedio del año pasado. De ahí la primera lección para nuestras autoridades: el precio se mantiene relativamente bajo aún después que la OPEP anuncia su primer recorte de producción en ocho años. Las vacas gordas se fueron a pastar a otros lares y no regresarán.
El comportamiento del precio dependerá de tres factores:
-Si los países de la OPEP cumplen con las cuotas. En diciembre los países OPEP aumentaron la producción.
-La colaboración de países no OPEP. Hay vagas promesas rusas de colaboración, pero puede ser únicamente no subir más su producción, que está en nivel récord. En cuanto a otros productores no OPEP, México sigue con una licitación internacional de bloques petroleros costa afuera.
-La reacción de la industria de esquistos. La información preliminar es que aumenta la contratación de torres de perforación, y que debe esperarse que se revierta la actual declinación de esta producción.
Dicho en corto, hay el peligro que el acuerdo OPEP resulte en un incremento de la oferta no OPEP mientras que la oferta OPEP se mantiene estable por incumplimiento. Que salga el tiro por la culata y baje el precio, al nivel que tuvo un año atrás.
En todo caso, este coyuntural y quizá efímero repunte del precio le permitió al gobierno, desesperado por dinero y renuente a practicar austeridad, colocar USD 750 millones en bonos en el mercado internacional.
Será el gobierno sucesor, quizá con un precio del petróleo más bajo, quien deba servir la onerosa deuda y ajustar la economía. Buena suerte, Cynthia, Guillermo, Lenin o Paco.