Aprender del incendio. Describir desde diferentes ángulos los hechos. Explicar por qué se produjeron y establecer las múltiples causas e intereses que estuvieron atrás. No poner todo en un solo saco y dejar de emitir asertos inspirados en los prejuicios o en información sesgada.
Comprender que el conflicto es parte de la vida. Que ha existido y existirá. Que, para enfrentarlo, hay múltiples caminos. Unos, cuya fuente inspiradora es el autoritarismo, optan por la imposición que conduce a todas las formas de violencia que devienen en resistencia, rebelión social, vandalismo y eventualmente en guerra. Otros, inspirados en la democracia, prefieren el diálogo, la comunicación oportuna, la pedagogía política, que llevan a salidas concertadas y a la paz.
Ciertamente, si se tiene que tomar una decisión dura, hay que crear condiciones para que sea entendida y respaldada.
Caso contrario, si la impongo, al ser una acción violenta, es recibida con rechazo. Y tras este, sobre todo en temas de Estado, se expresan cualquier tipo de intereses, desde legítimos, hasta oportunistas o golpistas, como ahora.
Las políticas públicas, entre ellas, las decisiones económicas, que afectan a millones tienen diversos impactos, cuan diversa es la economía y la sociedad.
Una medida no solo debe ser bien sustentada técnicamente, sino ser viable política, social y éticamente (bien común). Si no es un fracaso.
Por esto, los altos funcionarios, economistas, abogados o de otra profesión, con mirada economicista, sin formación social, política e histórica, al tomar decisiones, pueden generar terremotos sociales y políticos. Son elefantes en cristalería.
Las universidades tienen obligación de formar profesionales con conocimiento técnico y compromiso social.
Los profesionales formados en el exterior, para ser aprobado su título por el Senecyt, deberían cursar materias de historia nacional y mundial y ética.
Varios dirigentes políticos, sociales, empresariales, asambleístas, comunicadores de TV, on line, radio, prensa, deberían aprender que su poderosa palabra puede incrementar el incendio. Fueron más peligrosos que los vándalos en determinado momento de la euforia. Su voz crítica debería llenarse de propuestas para enfrentar la crisis, que no solo es fiscal.
Explotó la olla de presión social contenida en 10 años de correato.
Se derramó algo que está desde la colonia: racismo, clasismo, violencia de todo tipo. Pero también apareció la solidaridad, generosidad, capacidad de lucha y justicia social de la gente.
Las universidades (Católica, Salesiana, U. Central, U. Andina Simón Bolívar), sus estudiantes compartieron ternura, generosidad y apoyo humanitario. Estos voluntarios quedan marcados para toda la vida por la sensibilidad social y compromiso con su país. Aprendieron humanidad.
Al final del día, Presidente y dirigentes indígenas, se sentaron. Aprendimos la importancia de mirarse a los ojos.