Bien decía uno de los miembros de la comisión seleccionadora de los nuevos integrantes de la Corte Constitucional que si los que en el pasado nefasto del correismo fueron designados, y ocuparon esos cargos, participaban en este concurso no hubiesen logrado ni el 50% de puntaje. Esto refleja cómo llegaron por la imposición del autoritarismo y tuvieron que someterse a ese poder que destruyó la institucionalidad. Al contrario, el proceso riguroso e independiente actual promete la consecución de una Corte de primera. Basta revisar los nombres que están entre los mejores puntuados y finalistas.
Aquella corte cervecera, como se le tildara, se allanó a los designios del poder omnímodo, en vez de administrar justicia constitucional como dispone la Carta Política. En lugar de defender los derechos y la justicia en favor de los ciudadanos, gran parte de sus fallos se apegaron a la defensa de las causas del Estado, que resultó un contrasentido con el espíritu de la Constitución.
Hoy, en un proceso abierto al escrutinio público, resulta diferente a partir de la selección de un grupo respetable de ecuatorianos que se integró para desarrollar el concurso de selección de los nuevos miembros del organismo. No han sido los correistas que integraron el Consejo de Participación Ciudadana que hicieron aquellas designaciones.
Gran parte de los nombres propuestos por las funciones de Transparencia, Ejecutivo y Legislativo, representa una trayectoria profesional destacada en el ámbito jurídico y la docencia, con énfasis en aquellos propuestos por la primera mencionada, que dirige un reconocido hombre público, encargado de la etapa de transición. Por ello su mayoría está entre los finalistas, con los méritos exhibidos en el concurso.
Tanto se desvalorizó que poco importó el cumplimiento de la norma constitucional (art. 429) que señala a esta institución como el máximo órgano de control, interpretación constitucional y de administración de justicia en esta materia. Cuántas Cortes Constitucionales (de España o Colombia en el pasado) han sentado jurisprudencia con sus fallos, que han sido materia de estudio en el exterior. Aquí, la Corte fue blanco de críticas por sus fallos a favor del régimen de turno.
El contraste de lo que sucede con el proceso de reinstitucionalización se refleja en la falta de diligencia en la acción de la Fiscalía, que está atiborrada con tanto caso de investigación de presuntas irregularidades de ex altos funcionarios del correismo, incluido el prófugo en Bélgica y los presos en Latacunga. Según la Contraloría, ha remitido 370 casos con serios indicios de responsabilidad penal que están represados, sin que se sepa hasta cuándo, debido en parte a su inestabilidad, limitaciones y controles del Consejo de la Judicatura, sin plena independencia.