La visión más divulgada sobre la conquista y primera colonización de América, cuenta que los españoles llegaron con sus caballos, cañones y enfermedades, venciendo la resistencia indígena, que estuvo llena de actos heroicos como el de Rumiñahui. Se apoderaron de las tierras e iniciaron una dominación colonial que duró casi tres siglos.
La verdad, sin embargo, es mucho más compleja. Junto a los conquistadores marcharon miles de indígenas liderados por sus caciques, que se habían aliado con ellos. Al inicio del régimen hispánico, los colonizadores se enfrentaron entre sí en sangrientas guerras civiles, que terminaron con el triunfo de los emisarios de la Corona. Durante estos conflictos, bastantes caciques indígenas casaron a sus hijas con aventureros peninsulares, se asimilaron al nuevo poder, participaron activamente de uno u otro lado y presentaron “probanzas” para demostrar que habían colaborado con los conquistadores desde el primer momento.
Hubo, ciertamente, acciones notables de resistencia, pero también fue muy frecuente la colaboración de los jefes aborígenes con los conquistadores enfrentados entre ellos. Por eso es importante conocer mejor a los personajes de lo que luego sería la Real Audiencia de Quito en el siglo XVI. A eso está precisamente dedicado el libro de Álvaro Mejía Salazar, publicado con el auspicio del Archivo Histórico de Quito y el IPGH.
En su obra “Hombres del siglo XVI”, Mejía esboza cortas biografías de una veintena de personajes de la Colonia temprana, la gran mayoría conquistadores españoles como Sebastián de Benalcázar, fundador de ciudades y luego gobernador; Cristóbal de Calvache, Rodrigo Núñez de Bonilla y Diego de Sandoval, fundadores de Quito; Gaspar Ruiz, uno de los fundadores de Portoviejo y Guayaquil, primer alcalde de Riobamba; Pedro Muñoz Rico Saltos y Rodrigo de Paz Maldonado, pobladores de Cuenca. El libro también se ocupa de notables indígenas como Sancho Hacho, cacique principal de Latacunga y Diego Tomalá, cacique de la isla Puná, que apoyaron a los conquistadores y recibieron numerosas “mercedes” de la Corona española. La obra incluye un acápite sobre “Mujeres del siglo XVI”, princesas indígenas y españolas pioneras que se asentaron en estas tierras.
La obra contiene mucha información original, sustentada en una rigurosa investigación bibliográfica y de fuentes documentales.
Siguiendo una de sus aficiones, Mejía Incluye referencias de LOS escudos nobiliarios que el Rey concedió a españoles e indígenas.
Como el autor advierte, sus biografiados dieron origen a familias que se han destacado en nuestra historia hasta el presente. Es así como la sangre de indígenas del Quito y del antiguo incario, junto con las de los descendientes de godos, moriscos, magrebíes y sefarditas, corre por nuestras venas.