La humanidad ha esperado con angustia que las grandes empresas farmacéuticas de investigación desarrollen vacunas anti covid, para volver a cierta normalidad. Los brutales estragos que la pandemia ha causado en todos los países solo podrán ser superados luego de grandes esfuerzos y sacrificios, cuando haya la seguridad indispensable para reabrir actividades y negocios, cuyo cierre ha causado la más profunda crisis que registra el mundo moderno.
El avance de la ciencia y los recursos tecnológicos actuales han permitido que los largos años que toma desarrollar una vacuna para un virus nuevo, de origen desconocido y que muta con gran facilidad, se hayan reducido sustancialmente, al punto que en menos de 12 meses se ha iniciado la vacunación en Estados Unidos, el Reino Unido, China y Rusia.
Pero en Ecuador, se requiere con mayor urgencia y angustia una vacuna contra el populismo, la demagogia, la corrupción y la torpeza. Las “mentes lúcidas, manos limpias y corazones ardientes” con que se embobó a miles de ciudadanos por más de una década, generaron realidades en las antípodas del discurso. El país quedó trastornado, destruida la institucionalidad, endeudado hasta la coronilla, agotadas sus reservas internacionales, el Banco Central y el IESS en estado calamitoso, más de medio gabinete, incluido presidente y vicepresidente de la República, enjuiciado, condenado o prófugo, un gasto público desbocado e imposible de mantenerlo, el narco tráfico y la delincuencia desatados, las Fuerzas Armadas con profundas heridas internas, una cancillería convertida en reducto de activistas políticos, el Ecuador alineado con regímenes de oprobio, como Venezuela, Bielorrusia, Cuba y Nicaragua, grandes y costosísimas obras públicas, como centrales hidroeléctricas, refinerías, ilusos centros tecnológicos de investigación, enormes plataformas gubernamentales que resultaron en amontonamiento de oficinas públicas y decenas de edificios abandonados. En fin, una larguísima lista de inversiones absurdas, improductivas, sobrevaloradas y todas ellas financiadas con créditos externos caros y de corto plazo, cuya única finalidad fue la contratación pública desaforada para generar coimas que han llegado a cifras obscenas de miles de millones de dólares. Y con el cinismo de que han hecho gala el caudillo y sus secuaces, acaban de respaldar en Caracas las vergonzosas elecciones amañadas por la narco dictadura de Maduro para eternizarse en el poder. ¿Un régimen de esta calaña, que ha destruido al país más rico de Sudamérica y ha expulsado a más de 5 millones de venezolanos, es lo que buscan estos personajes para el Ecuador?
Esta nueva vacuna es de máxima urgencia para que los responsables de tan brutal descalabro económico – social y atraco a los fondos públicos, nunca más reciban el voto ciudadano.