Aventurar un pronóstico para cualquier año es arriesgado y más cuando el que termina dejó claro que todo puede sufrir, sin aviso ni sospecha alguna, un giro radical y hasta catastrófico. Pero revisemos algunas previsiones.
El 2021 será duro y complicado. A nivel personal, le deseo estimado lector uno próspero año, pero advirtamos que la realidad del entorno local y también global será muy difícil.
La pandemia seguirá presente en olas que se retiran y regresan, continuará matando y golpeando la vida de millones de personas y afectando severamente la economía. La vacuna es una esperanza, pero será insuficiente para contener la pandemia por sí sola, lo que sucederá no antes de finalizar el segundo semestre del 2021, al final del año o incluso más allá. “Enfrentamos el evento de salud pública más extraordinario de nuestras vidas”, nos recuerda la OPS.
En política subirá y se mantendrá el encono y las divisiones a pesar de elecciones y cambios. Con instituciones democráticas bajo fuego y una atmósfera de descrédito, escasa colaboración y hartazgo con los encierros y las medidas oficiales contra la pandemia, hay escasas posibilidades de que 2021 sea luminoso en cuanto a acuerdos y concordia.
Además, la falta de límites y regulaciones a los grandes consorcios que manejan las redes sociales y el activismo en esos espacios de grupos radicales, podrían ahondar la irrupción de noticias falsas y acusaciones sin sustento.
Escalarán las divisiones.
La economía global sufrirá este año severas contracciones. En 2021 habrá un rebote, pero no a los niveles previos a la pandemia. En América Latina la pobreza regresará a niveles de varios años atrás.
El Programa Mundial de Alimentos advierte que el año próximo la hambruna puede crecer a niveles “bíblicos”. En la actualidad 690 millones de personas en el mundo se acuestan ya con hambre cada día.
Debido a la crisis causada por la pandemia, 207 millones de personas se sumarán como pobres extremos (vivir con menos de 1,9 dólares por día). A este ritmo, PNUD estima que 1.000 millones de personas estén por debajo de la línea de la pobreza en 2030.
Mientras, el Fondo de Población de la ONU asegura de que uno de los peores impactos de la pandemia fue en la calidad de la educación y que eso “durará generaciones”.
En medio ambiente se esperaba que este año, por los largos confinamientos, se redujeran las emisiones de carbono de forma clara, pero solo bajaron siete por ciento, insignificante según el Pnuma. La temperatura del planeta sigue encaminada a subir tres grados a fines de siglo, lo que será una catástrofe planetaria. Se espera que 2021, con el nuevo gobierno de EE.UU., cambie algo esta perspectiva.
Como usted observa y seguramente lo vivió, estimado lector, terminamos un año para olvidar. Sabemos que el siguiente no pinta bien, pero nada está escrito hasta que sucede, gran parte depende de nosotros. Plantaremos cara a la adversidad.