Si no hacemos nada importante, la caída del empleo en este quinquenio llegará a un nivel sin piso y el estallido social nos empobrecerá a todos. Por esto la creación de puestos de trabajo debe importar más que unas elecciones mediocres, en un país que no tiene ahorros para compensar ni moneda propia. Este problema es mundial, pero afecta más a los países poco desarrollados, por lo que cabe un planteamiento global para que los del Norte abran sus mercados irrestrictamente a los productos del Sur e inviertan aquí para que menos gente emigre al Norte en busca de trabajo. Cuando se ha comprobado que quienes han invertido en China ahora son dependientes de ella, es buen momento para que se trasladen inversiones hacia el continente americano.
Mientras tanto el Ecuador debe dar un salto al futuro, tener sentido de lo importante y preparar a su población en tecnología digital que luego de la pandemia se instalará para siempre en la vida de los seres humanos. Necesitamos una infraestructura de última generación y un capital humano excelente que sea competitivo, sin lo cual nos quedaremos rezagados para siempre. La digitalización total es un programa prioritario que no se reduce a regalar tabletas usadas o nuevas sino a generar conocimiento para hacer producción exportable moderna de bienes y servicios, con exoneración total de impuestos. En el nuevo empleo se va a imponer el trabajo remoto y la gente debe aprovechar las nuevas oportunidades que se abrirán cuando en la post pandemia el consumo mundial, represado en los segmentos alto y medio, aumente en forma explosiva una vez que el 70% de la población se haya vacunado.
La recuperación económica tiene que hacerse con redistribución del ingreso a base de más empleo adecuado y no solo aumentando la deuda que van a pagar los jóvenes de hoy en las décadas futuras. Esto compete en primer lugar a los que han amasado fortunas que hoy están ociosas, durante la economía petrolera del Ecuador, quienes deben invertir en su país, aprovechando que pueden seguir sacando las utilidades en dólares, ventaja relevante que no ha sido promocionada por el Ecuador dolarizado.
Los trabajadores que tienen empleo formal deben pensar en el 70% de subempleados y desocupados que necesitan ingresos para vivir. Aquellos deben aceptar las modificaciones que ayuden al empleo de hombres y mujeres jóvenes, disminuyendo los altos costos del despido en el futuro, que es el principal escollo de los inversionistas para repatriar sus capitales, junto con el alto riesgo-país y el escaso consumo interno. Cuando cunde una fatiga democrática, los medios deben cuestionar las falsas promesas y plantear que los candidatos se pronuncien sobre temas concretos. ¿Quién tiene un plan serio de digitalización universal en su programa de gobierno? ¿Quién plantea las reformas laborales específicas para incentivar el empleo? ¿Quién habla de crear impuestos a las grandes fortunas ociosas que se han acumulado? .