“TCE ha revertido 23 resoluciones del CNE” En esta época con tanta entidad que se la identifica por siglas, CNE es un órgano electoral compuesto de cinco Consejeros que deben atender una serie de trabajos relacionados con las elecciones populares. Está presidido por la señorita Diana Atamaint.
TCE, en cambio, es otro órgano: se llama Tribunal Contencioso Electoral. Es como una Corte que resuelve los recursos de apelación.
Esta explicación, para formular una pregunta básica: si 23 resoluciones del CNE han sido revocadas por el superior (TCE) ¿acaso no es tiempo de que la Presidenta Atamaint y su mayoría adviertan que no son tan infalibles como para mantener toda decisión?
Carácter firme, duro, de esta autoridad proveniente de la Amazonía, en donde parece proliferar este tipo de voluntades férreas y cuyo número uno es el Exmo. auto proclamado Segundo Presidente: “El primer Presidente es Lenin Moreno; el segundo Presidente aquí en el Ecuador es Jaime Vargas, Presidente de los Pueblos y Nacionalidades”.
Hay distanciamiento en la Entidad de la señorita Diana Atamaint sobre la necesidad urgente de comprar nuevos equipos electrónicos porque los actuales, según se dice, ya han cumplido su vida útil. A esa compra se oponen los otros dos consejeros aduciendo que no es tan necesaria. El valor de los equipos nuevos sería de USD 2’ 800 000.
Si el proceso electoral del 2021 resulta deficiente, hay jurisprudencia. Programa: cierre de las urnas, 5 de la tarde; primer contaje de votos hasta las 6:30 o 7 de la noche. Merecido descanso.
Resultado parcial favorable a un candidato. Apagón; y al restablecerse, quien ha tenido más votos ha sido el otro candidato. Pueden usar como disculpa la frase del hablador dictador de Venezuela, que se trata de un “Ataque cibernético del imperialismo”.
Es importante también el dinero para los partidos y movimientos políticos por sus gastos de campaña. El 9 de marzo de este año se conoció que deben tener una “platota”, pues solo para pagar al PSC, se necesita una “platita” de USD 861 401.
¿Cuánto interés del pueblo por las elecciones? La realidad es que entregan a la persona, para depositar en la urna, una cantidad de papeles, algunos con fotografías ínfimas de los candidatos; y si el sufragante intenta localizarlo, los ciudadanos que están atrás arman lío: señor, señora muévase, no vino a dormir y le pone en tal apremio que opta por hacer una raya en la primera página de cada cuerpo, o votar en blanco.
¿Cuál es el interés? Que le entreguen, en la mesa, un papelito llamado Certificado de Votación, en cuyo reverso advierte: “Este certificado sirve para todos los trámites públicos y privados”. Si usted no lo tiene, pasa angustias y pérdida de tiempo en las entidades burocráticas donde tramita cualquier asunto.