Casi sin darnos cuenta, desapercibida, el 8 de julio se realizó, por vía virtual, una anodina Cumbre Presidencial Andina. La situación geopolítica de los países miembros de la CAN actualmente es lamentable, al extremo de que una reunión de jefes de Estado resultó intrascendente y hasta diría patética por sus actores, sus compromisos y sus resultados. La propia organización se halla en un penoso estado. Quedan aún en la CAN: Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela y su participación en la organización no suscita el menor entusiasmo.
El caso de Bolivia, que ejerce la presidencia pro tempore, Jeanine Añez, asumió el poder tras la caída de Evo Morales que debió ser sustituido, según la Constitución, por su vicepresidente, pero declinó junto a su jefe. La presidenta del Senado y el del Congreso, tercera y cuarto en la línea de sucesión, se excusaron. Por fin, la vicepresidenta del Congreso, la opositora señora Añez, reclamó para sí el poder hasta convocar elecciones lo más pronto posible. Ella es ahora legalmente la jefa de Estado pero no puede decirse que sea la auténtica representante del pueblo boliviano.
En el caso de Ecuador, Lenín Moreno llegó al poder con un plan de gobierno similar al de su antecesor y aupado por él. A los pocos meses rompió con el ideario partidista y con el propio expresidente Correa, y se empeñó en aplicar medidas opuestas de corte neoliberal que le han generado un profundo desgaste popular y político. Su credibilidad no llega al 20% y tiene una gobernabilidad muy limitada. Le restan solo 10 meses en el cargo.
En el Perú, Martín Vizcarra, es el sucesor constitucional como vicepresidente de Pedro Pablo Kuczsynski, destituido por corrupción. Vizcarra enfrenta al Congreso y a una dura oposición en su empeño por pasar leyes para luchar contra la corrupción y permitir la gobernabilidad. Perú es uno de los pilares de la subregión, pero poco puede aportar a la CAN por su compleja situación interna.
El caso de Venezuela es inédito. En la Cumbre participó el presidente Guaidó, a quien reconocen como tal los países andinos, que no gobierna su país a pesar de que es reconocido por más de 50 estados. Es decir es jefe de Estado de un país sobre el cual no tiene autoridad por lo que en la CAN no puede comprometer nada de lo concerniente a Venezuela.
Duque, de Colombia, es el único que constitucional y legítimamente ejerce el poder. Con inevitables cuestionamientos a su gestión por las dificultades que desde hace décadas atraviesa su país, si puede comprometer a Colombia en las decisiones que tomen los presidentes andinos.
Triste coyuntura política la de los países andinos y aún más triste el futuro de la CAN con una crisis económica y sanitaria gravísima. Basta con leer la intrascendente resolución final de la Cumbre para darme la razón…