El pasado viernes murió la jueza Ruth Bader Ginsburgur a los 87 años de edad. La magistrada se había convertido en una figura icónica de la Corte Suprema de Justicia los Estados Unidos. Llegó al más alto tribunal designada por Bill Clinton en 1993. Toda su vida puso al servicio judicial en función de la defensa de los derechos de las mujeres y las libertades ciudadanas. Asumió posiciones de avanzada en temas polémicos como la igualdad de género, la inmigración, el aborto, el matrimonio igualitario. Su actitud le ganó fama y especial simpatía entre jóvenes y sectores liberales y progresistas de la sociedad estadounidense. La conocen como Notorious RGB y frases suyas o su imagen aparecen estampadas en camisetas, jarros de café y otros objetos. Libros y películas sobre su vida ha apuntalado su gran figura. The New Yorker la calificó de heroína de los derechos civiles.
El presidente Trump anunció que elegiría a el reemplazo de la jueza, a pesar de que voceros del Partido Demócrata piden aplazar la nominación hasta después de la elección presidencial de noviembre. El primer mandatario designa a la persona que integrará la Corte Suprema de Justicia y el Senado debe aprobarla. En marzo 2016 el presidente Obama designó a un magistrado para ocupar una silla vacante en la Corte Suprema, pero la mayoría republicana argumentó para no refrendar esa designación que primero se debía elegir al nuevo presidente de la República. No obstante esos antecedentes, que han sido recordados por voceros del Partido Demócrata, parece que no evitarán que se precipite la elección anunciada por Trump, que reforzaría la presencia de una mayoría conservadora en la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos. La anunciada nominación y la aprobación del Senado, con mayoría del Partido Republicano, se convierte así en la manzana de la discordia política en el tramo final de la campaña presidencial estadounidense.
Cambiando lo que se debe cambiar, en el Ecuador contamos con dos mujeres notables en la instancias de la justicia: la fiscal Diana Salazar y la magistrada de la Corte Nacional de Justicia Daniella Camacho. La Fiscal General mostró su solvencia en el razonamiento jurídico y la presentación de pruebas testimoniales y documentales y una valiente decisión en el caso Sobornos. El rechazo de la casación dejó en firme la sentencia contra los procesados por el delito de cohecho: 18 fueron condenados ocho años de cárcel, entre ellos el ex presidente Correa y el ex vicepresidente Glas, otros altos y cercanos colaboradores y 10 empresarios. Una sentencia histórica que honra a los jueces.
A la magistrada de la Corte Nacional Daniella Camacho no le tembló la mano al llamar a juicio a esos y otros personajes públicos. Ha mostrado firmeza y singular capacidad como jueza.